Cap 1: El primer día

78 0 0
                                    

Narra Mía

Es una frase usada, pero esa mañana de verdad me sentí identificada. En el primer día de mi último año de escuela, me desperté con ganas de seguir durmiendo.

Tuve unas grandiosas vacaciones, hice nuevos amigos e hice ciertas cosas que quería hacer hace mucho. Creo yo, que hasta he madurado. De pronto siento esa extraña paz en mi interior... no, tal vez solo es emoción. Emoción por ver a mi mejor amigo de nuevo. ¡Cuanto lo extraño! Se siente como si no lo hubiera visto hace milenios, aunque solo hubiera sido hace un mes.

Esta es la situación, Joshua aceptó irse de viaje con su mamá y su padrastro a Londres para recoger a su hermanastro, Mathew, del año sabático de viajes que se había tomado después de terminar la escuela. Y digo que Joshua "aceptó" por que si no hubiera sido por el tonto acuerdo que yo le propuse, no se hubiera ido.

El trato era no tener ningún tipo de comunicación ni vernos a la cara hasta encontrarnos en la parada de autobús el primer día ¿En qué había estado pensando? No lo sé. En este preciso momento me parece la tontería más grande del mundo. Bueno sí, quería que nos extrañaramos para luego poder hablar de lo que nos había sucedido y bla bla bla. Pero... ¡Lo necesito! Más vale que valga la pena.

Así fue cómo la la única motivación que tuve para alejarme de ese pedazo de cielo que es mi cama, fue ver a Joshua.

***

Me cambié rápido, muy rápido. No estaba consciente de lo que me ponía pero salí si que me importara nada más. Iba a ver a mi Joshua.

Fui corriendo -y eso que detesto correr- pero Joshua vale la pena. Me parece haberlo dejado bastante claro.

Me acercaba cada vez más a la bendita parada donde tenía que estar la mejor persona -después de mi mamá, por supuesto- que he conocido en toda mi vida. Pronto divisé junto a la señal de bus escolar a un simpático castaño de 1.80, se le veía buscando algo -o alguien- con un toque de impaciencia.

En ese momento no lo pude evitar, una gran sonrisa estalló de mi cara y corrí como si no hubiera un mañana. Grité con un volumen que no me creía capaz de alcanzar: "Joshuaaa"

Volteó, me miró sorprendido y me regaló su clásica sonrisa tierna acompañada de un chispa de melancolía en los ojos. Yo seguía corriendo y cuando me di cuenta de que tenía que parar de hacerlo ya era muy tarde. Tennía los ojos melancólicos de Joshua a 10 cm de los míos.

Lo había empujado, hasta caer ambos al piso. Sí, yo encima de él.

En situaciones vergonzosas como esta agradeces que no halla nadie que conozcas merodeando por ahi, estabamos a salvo.

Lo curioso fue que nos quedamos asi unos segundos, minutos, quién sabe, se sentía como si el tiempo se hubiera detenido tan solo para que nos observaramos un rato más. Nuestras expresiones lo decían todo, estábamos felices por el totalmente no-dramático reencuentro.-

¡Joshi!- Le dije con ternura

-¡Mía!- Me respondió tratando de imitar el tono.

Y nos hubieramos quedado allí, sonriendo como tontos si no hubiera sido porque recordé en qué mundo estabamos.

-Amm...Creo que deberíamos...

-¿Levantarnos?

-Exacto- Reímos

Me levanté de encima de él- Permíteme- Le tendí la mano.

-¡Oh, que amable! Aunque... ¿No debería ser yo el que te ayude a levantarte?

-No hay reglas para ser gentil

-Buen punto, noble caballero- Tenía una sonrisa retadora

-Lo sé, dama en apuros- Yo también puedo jugar a este juego.

Lamentablemente, él estaba en modo bromista y yo le quería decir que lo había extrañado en serio, pensé en cómo decirselo de un modo sutíl, sin perder el humor. De todas maneras me vi interrumpida por el medio de transporte que nos iba a llevar al comienzo del final- ya saben, el último año de escuela-.

Honest with myselfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora