Narra Mía
Entramos apurados por un grotesco y sin modales conductor de autobús escolar, no lo culpo, no tiene el trabajo más perfecto que digamos, pero debería esforzarse en hacer que no lo odien.
Joshua caminó delante de mi hasta que paró en un par de asientos libres, donde extenió la mano hacia el asiento e hizo una señal de "pase usted". Seguíamos con el juego de damas y caballeros.
Yo asentí elegantemente -Muchas gracias noble caballero
-Es un placer, madame Mía
Nos sentamos, ambos mirando al frente o a todas partes menos a la cara del otro. Silencio incómodo. Rayos ¡Por dónde empezar! ¿Le digo que lo extrañé? ¿No sería raro decirlo así, sin más? ¿Y si él no me extrañó?¿Y si me responde con un chiste tonto? A veces Joshua podía ser de lo más insensible.
-Te extrañé- Mis pensamientos fueron interrumpidos por esas dos palabras que seguían retumbando en mi cabeza. Volteé rápidamente y Joshua me miraba para analizar mi reacción.
-Ah, sí. Yo también.- Mi cerebro no pudo artícular una oración más compleja.
-Sí que me extrañaste- Dijo con un tono de reproche que usa para ocultar cuando algo le afecta.
¿Y ahora qué? Él miraba sus manos mientras estas jugaban con el cierre de su casaca.
-Oye... no es que no te haya extrañado, solo me tomaste desprevenida.
Él abrió su boca para decir algo pero paró al observar a la bella chica que recién había subido al bus. Obviamente le interesaba. Ella era la típica chica de la que Joshua se enamoraría al instante. Las del tipo: rubia, mirada sexy, cuerpo sexy, misteriosa hasta ser sexy y bien perfumada. Para ser un chico tan especial, sus gustos de chicas eran muy comunes. Joshua estaba embobado y tenía la boca abierta mientras seguía todo el trayecto de la rubia despampanante desde las escaleras hasta el asiento que escogió junto a uno vacío a tan solo un par de filas detrás de nosotros.
Volteó rápidamente hacia mi.
-Ve por ella, campeón- Llegué a decirle con un intento de guiño de ojo.
-¿No te importa quedarte sola?
- Para nada, aprovecha la oportunidad- Trate de sonreirle.
- Gracias- Dijo, sonriendo de verdad. Estaba emocionado. Como un perro lo está cuando le lanzas una pelota para que la traiga de vuelta. Ella era su pelota, y el destino la había lanzado para que, a diferencia de los perros, no la traiga devuelta. Sino, para que se quede con ella en la lejanía.
Lo seguí con la mirada y esto fue lo que vi.
Joshua estaba parado en el pasillo del bus delante del par de asientos donde la intrusa -quiero decir, la rubia- yacía al lado de la ventana mirando a esta misma.
-Hola- Joshua usó su voz fingida de galán, que de seguro había practicado para una oportunidad como esta.
-Hola- Respondió desdeñosa la rubia muy atenta a las calles por las cuales pasabamos.
-¿Nueva?- Ella puso los ojos en blanco y Joshua se dijo algo para sus adentros e hizo ademán de golpearse contra el tubo de fierro más cercano. -
"Miss Barbie" volteó de pura casualidad para ver que tonto se había atrevido a incomodarle y observó a Joshua, primero anonadada y luego satisfactoriamente -Sí.
-¿Cuál es tu nombre?- Joshua improvisó
-Katherine
-Lindo nombre- Aventuró con una fingida mirada de galán. Y digo que "fingida" por que Joshua no es el tipo de chico al que se le podría calificar como "galán". Él era del tipo "tierno y dulce hasta empalagarse"
-¿Cuál es el tuyo?- Trató decir Katherine con voz inocente. La cual no tenía debido a que toda ella era una gran...
Joshua sonrió victorioso.
-¿Te importa si me siento?
-Claro que no.
Volteé. No podía seguir viendo o escuchando ni un segundo más. Esta de más decir que a ella le parecía un gran tonto hasta que vió que era guapo. Lo cual me da mucha rabia, Joshua no merece a alguien tan superficial. Él es más que una cara bonita. Él... es el amigo más fiel que he tenido y que nunca tendré. Con él no me importa demostrar quién soy en realidad, porque él lo sabe bien, me acepta y no le basta con eso, él me quiere. La nuestra es una amistad verdadera. Y no por el hecho de que nuestras madres - mejores amigas desde la escuela- nos hayan hecho convivir desde bebés. Nuestra relación no siempre fue como es ahora, hubieron momentos difíciles donde yo lo tuve que soportar a él y él me tuvo que soportar a mi. A pesar de todo, somos los mejores amigos y mi único deseo es que eso no cambie en nada.
Empezaba a divagar, asi que saque mi ipod y puse la música que suelo escuchar cuando estoy enfadada... o melancólica.
Ya me sentía sola, y me estaba empezando a importar.
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Honest with myself
RomanceDesde los ocho años, Mía no ha pensado en Joshua más que como un amigo. Bueno... sí, es su mejor amigo, pero nada más. Es una de sus personas favoritas en el mundo, pero nada más. No podría vivir sin él, pero nada más. ¿Qué ha cambiado? ¿Quisiera Mí...