Capitulo 3

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El primer pensamiento que tengo al pisar suelo español es buscar a los chicos, son las nueve de la noche y el auto ya está afuera del aeropuerto esperándome, el clima frio me hace meter las manos en mi abrigo, Joe me sonríe desde la puerta trasera y ruedo los ojos ante el saludo, entro y cierra la puerta, se acomoda en su asiento de piloto, mamá ha enviado un texto para avisarme que me espera en casa para terminar la discusión que quedo pendiente en Italia ¡santo cielo, esa discusión empezó a miles de kilómetros y aún tengo que continuarla!

- ¿sabes que Joe? llévame a casa de Julio- sus ojos se clavan en mi a través del espejo retrovisor y hace una mueca

- su madre ha dicho....

- trabajas para mi Joe- no me gusta hablar de esa manera a las personas pero en las ocasiones que ponen a mi madre ante todo es cuando esa faceta mía sale a la luz, suelta un suspiro y hace lo que he dicho

Joe comenzó a trabajar conmigo hace como tres años, mis padres se volvieron como locos con la seguridad después que ha papá lo quisieron asaltar después de dar a conocer nuestra nueva marca de vinos, así que cada miembro de la familia tuvo que tomar medidas, lo conocí una tarde después de salir de clases del instituto, por aquella ocasión me había escabullido de los monos que teníamos como seguridad, los exámenes para entrar a la universidad me estaban volviendo loco de estrés por lo que mi mejor manera de desahogarme era hiendo a la biblioteca central, me escape esa tarde, porque a mamá no le gustaba que saliera por ahí sin los escoltas, pero me abruman, así que cuando salí de la biblioteca era ya demasiado tarde, fui tan imbécil esa ocasión que al querer llegar rápido a casa me metí por un callejón, ni siquiera conocía la zona, empecé a arrepentirme de haber apagado el móvil cuando sentí que alguien me seguía, que confundido estaba porque no solo era una persona, eran varias las que me seguían, cuando vislumbre un auto estacionado y con el capo arriba mi único instinto era llegar a él, podría ayudarme pensé, no me dio tiempo a llegar, cuando sentí la punta de un objeto en mi espalda, estaba dispuesto a colaborar, podría darles todo lo que tenía encima, es más valiosa mi vida que mis objetos, por lo cual no dude en dárselos cuando me los pidieron, pero eso a ellos no les basto por que comenzaron con una lluvia de golpes, hasta que una voz los hizo retroceder, no recuerdo que les dijo, ni que hizo, lo único que recuerdo es que salvo mi vida ese día, por lo cual le pedí a mi padre que lo contratara como mi seguridad personal, claro que eso se lo pedí después de haber escuchado mi castigo por haberme escapado, no solo quedo como mi seguridad, sino que se ha ganado la confianza de mi padre por lo que cuando no lo necesito esta con él, es un buen hombre.

El clima es frio y presiento que continuará por una larga temporada, eso es lo que por pocas veces me tienta a mudarme con mi Nonna, aunque claro, que el clima no es lo único, también con ella me levantaría con un beso de buenos días, podría comer acompañado en cada comida, no es que no quiera estar con mis padres, pero extraño comer por lo menos una vez en familia sin escuchar las quejas de mi madre porque mi padre no pasa mucho tiempo en casa, pero ¿cómo puede quejarse? si ella hace lo mismo cada vez que su grupo de amigas llaman por teléfono para que se reúnan a planear algún "evento social"

Eso me lleva a pensar en Fiorella, ella me parece una copia idéntica aunque con menos edad a mi madre, ambas no paran de platicar acerca de las novedades sociales cuando están juntas, la semana que estuve allá, no puedo decir que la pase mal, para nada, si no fuera porque me gustaría haber recorrido la cuidad solamente con mi libro favorito y quedarme por varias horas en la fuente que esta frente al parque y no pasarme en cada tienda en la que mi acompañante hubiese visto una prenda nueva

- señor Tayler hemos llegado

- si esa es tu manera de vengarte Joe déjame decirte que es patético- sus labios asoman una pequeña sonrisa a través del espejo, no espero a que me abra la puerta y bajo para caminar hacia el portón, toco el timbre y por el megáfono anuncio mi nombre a una de las chicas de servicio, me dejan entrar inmediatamente y me encaminan a la sala mientras ella le anuncia mi llegada a mi amigo, mientras balanceo mi pie de arriba hacia abajo escucho las pisadas provenientes de las escaleras

Mala InfluenciaWhere stories live. Discover now