-¿Por qué estoy haciendo ésto?- Pensaba en sus adentros aquél multimillonario excéntrico al cuál todos llamaban Tony Stark, después de haberle llamado a su discípulo Peter Parker.
-Ven a mi casa niño, necesito hablar contigo, trae tu traje.- Aquella...
-Escucha Peter, yo...- tragaba saliva para poder procesar lo que iba a decir -Yo te q-quie...ro...- suspiraba -pero esto no puede ser, ¿entiendes?- Los ojos de Peter comenzaban a cristalizarse. ¿Por qué después de aquella entrega de amor volvía a ser tan egoísta? -Pero...- era callado una vez más, limpiando sus lágrimas delicadamente le expresó -Mira tu eres un niño, y yo... Bueno soy yo. Tú... mereces algo mejor.- Aún sin creer lo que había hecho y llevándose una mano a la cabeza, se volteó y tomó aliento.
Se dirigió nuevamente al chico -Perdóname Peter. Te llevaré a tu casa, prometo no volver a causarte dolor- Tony sentía culpa pero a la par sabía que por fin había conocido lo que era el amor. Se encontraba entre la espada y la pared, pero como ya le había dicho al chico, pensaba que si Parker merecía algo, tenía que ser algo tan maravilloso como él, no un tipo mayor que él con sucios deseos lascivos.
Los ojos del pequeño se cristalizaban de nuevo. Se estaba destrozando. Estaba perdiendo todo en un instante, su mentor, su ídolo, su nuevo amor... Todo se estaba desmoronando. -No... No me quiero ir Señor Stark- se abalanzaba sobre el ya mencionado -Por favor- le abrazaba con fuerza mientras le decía al oído -Le prometo que dejaré de lado esto que siento por usted, no me entrometeré en su compromiso con la señorita Potts, pero porfavor, no me aleje de su vida, no me ignore como lo ha hecho todo este tiempo.- Esas palabras retumbaron en su mente, el chico tenía razón, le había estado evitando por temor a que pasara lo que acababa de pasar. Desde que le había hecho su traje le había encontrado atractivo a Peter, por ello siempre trataba de evitarlo, de mantener una gran distancia entre los dos. Pero ya era tiempo de aceptar sus errores, tenía que redimirse. No quería causarle dolor ni al chico ni a Pepper. -Te buscaré mañana, iremos a una misión- Fue lo único que se le ocurrió decir, sabía que las misiones le encantaban al chico y si era a su lado sería una manera de compensar su trato a éste, además le hacía entender que esta vez no se alejaría de él. Posó su mano en la cabeza del chico como muestra de ánimo para, posteriormente, pasarle su abrigo, tomándolo con delicadeza lo colocó por encima de los hombros del chiquillo -Vamos, te llevo a casa.- Peter sentía que al menos su nuevo amor, no iba a ignorarle más, dentro de todo lo malo, algo bueno estaba sucediendo y quién sabe, quizá con el tiempo podía lograr enamorar a su Tony. Estaba decidido a enamorarle, pero quería competir por su amor de una manera honesta y honrosa ante la señorita Potts. Sonrió melancólicamente y asintió con la cabeza, ambos caminaron hacía la salida con un paso lento, como si nunca quisieran irse. -Nunca voy a olvidar esta noche- decía el chico mientras le plantaba un último y delicado beso a su nuevo amor.
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