Después de tanto tiempo

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Regrese a mi casa muy molesta, no podía creer que ese imbécil estuviera con ella lo peor de todo es que no confiaba en el y eso era lo que me preocupaba.

Cuando por fin llegue a casa un auto negro estaba estacionado afuera y al pie de la cajuela estaba recargado un hombre vestido de chófer, lo primero que se me venía a la mente era que mi madre había regresado a molestarme, me baje caminando hasta la puerta, en eso el hombre me dijo.

- Buenas tardes Srta. Jauregui – mientras hacia una reverencia de cortesía .-

- Buenas tardes... - le conteste muy desconcertada, no sabía quién era ese hombre, en la vida lo había visto.- Me metí a la casa no pude evitar hablarle a Mandy. 

- Mandy... Mandy dónde estás?? – le dije avanzando lentamente no me contestaba.-

- No está, se encuentra en la casa de huéspedes... - me dijo una voz de una mujer muy familiar.-

- Tía beth? – dije extrañada.-

- Así es pequeña cretina, vaya que has crecido – dijo dándome la cara mientras salía de la cocina.-

- Oye hacía años que no te miraba donde habías estado! – le dije muy contenta.-

- Haber espera que las preguntas las hago yo aquí, primero saluda a tu tía que es eso de que donde habías estado! Acaso no te da gusto verme de nuevo no te miraba desde que eras una mocosa de 16 años– me acerque y la abrase.

-Beth o mas bien Elizabeth Jauregui era la hermana menor de mi papá y la mejor tía que existía tiene 34 años amante de la moda, delgada, cabello corto rubio casi blanco toda una mujer de negocios, nos habíamos dejado de ver porque tubo que ir a Japón por asuntos de negocios a lo cual se caso y decidió quedarse por haya, mi tía es la sub directora de Jauregui Corporation la empresa que era de mi padre, la cual ahora esta formada por una sociedad de accionistas entre ellos, mi madre, mi tía y yo, la cual no me importaba en lo mas mínimo de todos modos yo no había trabajado por ello.

 Lo único que me extrañaba es que estuviera por aquí, algo debería de andar realmente mal en la compañía para regresar a Miami y dejar a su esposo solo en Japón.

- Y bien tía, que te trae por aquí, donde quedo mark?? –dije refiriéndome a su esposo.-

- Ah ese... ya no es más mi esposo, digamos que después de que vio cual era mi puesto en la empresa decidió que yo debía mantenerlo, era todo un paracito. 

Así que nos divorciamos... - dijo con total indiferencia.-

- Bueno entonces de ser así me alegro de que hayas regresado... y cuánto tiempo estarás por aquí? – le dije muy extrañada.-

- Como sabrás las cosas han cambiado en Jauregui Corporation ahora no hay presidente, el amigo de tu padre murió y estoy aquí para la votación y según todo corresponde a que esta vez me tenga que hacer cargo yo.

- Mmm creo que no lo sabía, más bien si me llamaron pero les dije que dejaran de molestarme que no me interesaba – dije tirándome en un sillón de la sala.-

- Mi querida cretina, recuerda que gracias a esa cosa como tu le llamas obtienes todo el dinero que gastas y esta gran casa, así que por mas mínimo que te parezca es muy importante, además eres accionista y ocupamos tu voto así que moverás tu traserito y la próxima semana me acompañaras, y por cierto tu madre debe ir también –dijo sentándose a un lado de mi mientras me abrazaba.-

- Entonces por eso estaba aquí la vez pasada – pensé para mi.- la otra vez la vi vino a la casa pero no la deje quedarse la corrí... -dije siendo desinteresada.-

- Así que sigues con eso Lauren, recuerda lo que hablamos la semana después del accidente, nadie tubo la culpa, solo paso y ya, las cosas no las debes de tomar así ella es tu madre y siempre lo será te guste o no, se que mi cuñada tiene su carácter pero vamos de alguien tenías que sacar lo obstinada – me dio una palmada en la cabeza.-

- Lo se tía, pero ella siempre me ha culpado de todo lo que paso y prefirió abandonarme con Mandy en esta casa para huir de sus problemas mentales –dije suspirando.-

- La mayor parte de ser adulto Lauren es aprender a perdonar los errores de los demás, nadie nace sabiendo ser padre ella tiene muchos defectos y lo sabe, pero tu pequeña debes dejar de ir para poder perdonar, ya no eres más una niña Lauren ahora eres un adulto...

Las palabra de mi tía eran más sabias que nunca, la extrañaba era lo mas parecida a una madre aun que tenía una ella no me quería por lo que paso con mi hermana y mi padre, ni yo a ella o tal vez si lo hacía pero no quería aceptarlo.

- Bien tia y donde te quedaras?

- Aquí – dijo muy segura.-

- Aquí? Pero si no hay espacio – dije bromeando.-

- Haha cálmate niña vives en una mansión enorme sola y así me dices que no hay espacio... -me dijo riéndose de mi.

- Descuida que no me quedare en la casa principal, le pedí a Mandy que acondicionara la casa de huéspedes del otro lado de la casa no quiero interrumpir tus cosas... me ha dicho Mandy que tienes una noviecita, no quiero interrumpirte rompe corazones.. y quien es? Es la chiquilla esa como se llama Lucia cierto? – dijo suspicaz mente.-

- Mandy dijo eso... esa Mandy debe aprender a cerrar la boca... y no es Lucia ella y yo hace tiempo que no tenemos nada que ver, digamos que salgo con alguien mejor... - no pude evitar sonrojarme al hablar de ella es como si flotara en el aire.-

- Te has sonrojado, siempre que me hablabas de una de tus conquistas jamás te habías sonrojado y ahora lo haces... cuéntame quien es ella, quien es la ladrona que le robo el corazón a mi sobrinita... debo saber qué es lo que está pasando en la vida de mi pequeña Lauren – dijo riéndose.-

- Hay tía es una historia demasiado larga pero te diré que es una chica espectacular y debo estar a su altura – sonreí.-

- Vaya que te tiene mal querida... pero si la historia es larga recuerda que lo que me sobra en estos momentos es tiempo, así que preparemos unos tragos coquetos y me lo vas a contar todo, cada detalle que muero de ganas por saber que es lo que pasa en el mundo de mi sobrina.

Me alegraba que mi tía estuviera por aquí por fin podría hablar con alguien de Camila, cosas de chicas.

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