Huesos de cristal

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21/07/2018

Desayuno: un yogur
Almuerzo: un trozo de tortilla de patatas y un trozo de pan con Nutella. Gorda. Gorda. Gorda.
Cena: 1 pechuga empanada

¿Se pude estar menos orgullosa después de haber comido como una vaca?
Peso 51'8kg. Gorda. Obesa. Vaca.
Subí, casi 2kg pero voy a conseguir mi meta. No me pienso rendir, por mucho que la gente intente que coja peso. O por mucho que la psiquiatra me recete medicamentos, voy a conseguir lo que quiero, ser bonita.
Únicamente quiero no ser rechazada. Quiero mirarme al espejo y no darme asco. Miro mis muslos, mis brazos, mi barriga y solo pienso en algo: demasiada grasa.

¿Es mucho pedir ser como las demás? Delgada, con huesos salientes, que se note la respiración con el sube y baja de los huesos de las costillas...
Algo aparentemente imposible. Pero no, será posible. Yo lo voy a conseguir cueste lo que cueste.

Me entristece que a mi familia y la persona que amo les duela que yo no quiera comer, pero la voz de mi cabeza también tiene mucho poder, esa voz que me dice: ni se te ocurra comer, ni siquiera pienses que puedes tragarte eso, ballena. O: escupe, nuestro cuerpo no come esas cosas, lo que comes te matará. Recuerda el lema: más vale muerta que gorda.

Ellos no entienden esa voz. No entienden lo que puede hacer con nosotros, no saben cuánto puede llegar a lastimarnos. Pero, no pasa nada, porque nosotros sí que lo entendemos. Lo siento mucho por aquellas personas que se preocupan por mi, pero ya lo he intentado, y me cansé de intentarlo. Quiero salir de esto, pero también quiero ser flaca...

Hoy me sentí muy mal por todo lo que comí, tenía ganas de vomitar, pero nunca lo he conseguido. Me daban arcadas de solo verme, de ver la hinchazón de mi barriga, enorme. Y cuando al final del día me miré al espejo, la maldita voz, esa voz irritante volvió a aparecer.

Y dormir fue un tormento