Huesos de cristal

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Un día más, me miro al espejo. No estoy segura si este tiene una abolladura o si realmente me veo así de fea y gorda. Normal que nadie quiera estar conmigo, ¿Quién iba a querer a una persona como yo?

Todo empezó hace unos años. En realidad desde que tengo memoria me han llamado gorda, pero en ese momento ¿quién iba a pensar que acabaría tan afligida? Pero hace solo un tiempo atrás me miré, y definitivamente sí, me di cuenta de que tenía que hacer algo para bajar de peso.

Busqué desesperadamente páginas en Internet de dietas que hicieran bajar de peso rápidamente y encontré una en especial. Ana y Mia, las chicas que comentaban ahí estaban muy convencidas de los resultados de ese estilo de vida, en ese blog se publicaban cosas como:

-Nunca se es lo suficientemente delgada.
-Debes castigarte si comes más de la cuenta.
-Nadie debe nunca saber nuestro secreto.
-Etc

¿Cómo iba a conseguir seguir todos los pasos sin que mi familia se diese cuenta? No lo sabía, pero no me rendí y lo intenté.

Ahora, años después, voy a empezar a relatar mi día a día, subiré todos los días a menos que ocurra algo grave que me lo impida