Hubo una vez un oso que vivía en un bosque espeso e indivisible para los humanos. Este oso poseía un territorio vasto y tranquilo donde realizaba su interesante vida, tenía todo lo que quería pero el ansiaba con todo su corazón poder imitar las habilidades de un pájaro, se posaba todos los días sobre una enorme roca que se encontraba cerca de su cueva desde donde podía observar bien las bandadas de pájaros que recorrían el cielo azul.
Su mirada era de perplejidad y asombro, se preguntaba cuál era la magia que hacía que esas criaturas pudieran desafiar las leyes de lo normal de una manera tan hermosa.
Alzaba sus patas y trataba de usarlas a modo de gruesas y peludas alas, no dándose cuenta de que su enorme cuerpo jamás podría elevarse ni una pulgada del suelo, pero aun así él lo intentaba con cada vez más y más motivación.
En uno de esos rutinarios días mientras sacaba miel de un panal de abejas, para luego lamerse el dulce néctar de sus gordas patas, estaba allí al frente suyo un árbol, verdaderamente grande y majestuoso, se acercó a él para a continuación clavar sus garras en la madera, a modo de ganchos, fue subiendo parsimoniosamente cuidando de no caerse porque de lo contrario sería su fin, al llegar a la cima agito las patas como normalmente hacía sobre su roca, en ese preciso instante coloco una pata sobre una filosa espina que lo hizo resbalarse y caer en caída libre.
Su cuerpo fue como una bala sobre un mullido arbusto, quedo inconsciente por varias horas, al despertarse se sentía adolorido pero aun así, tenía hambre.
De un manotazo mató a un desprevenido zorro que pasó a su lado, pasaron varias semanas para que nuestro querido oso volviera a intentar cumplir su sueño, trato de comportarse como un oso normal, pero se le hacía difícil porque él quería, de verdad volar como un pájaro, esa había sido su meta desde que era tan solo un osezno.
No podía desistir tan fácilmente, él no se daba cuenta de que lo que pretendía era imposible, durante todo este tiempo de inactividad lo paso recuperándose de los daños de su caída y perfeccionando su manera de pescar salmón en el río, esto para él era lo más divertido para un oso, pero se estaba estresando mucho a causa de su incompleto sueño.
Mientras salía del rio, una hermosa osa parda se le acercó, para preguntarle como hacía para sacar tantos salmones del río, él se emocionó a tal punto de demostrarlo con un extraño balbuceo e hiperactividad, en vez de dejarse llevar por sus sentimientos.
Parecía estar siendo un buen profesor porque su alumna había sacado una decena de peces. Al caer la noche, la osa se le acercó y le dijo con mucha felicidad-"Eres increíble nunca había podido sacar más de dos salmones en una tanda de intentos, ahora sé que no pasare más hambre"- si el oso no tuviera tanto pelo se le habrían visto las mejillas sonrojadas, así que se decidió y soltó estas palabras;-" Ha sido un placer enseñarte, creo que eres una osa muy bella, dijo el con mucha vergüenza, luego la osa lo abrazo con sus finas patas, él estaba absolutamente extasiado.
Su sueño de volar parecía nada comparado con lo que estaba viviendo, así que se dejó llevar y le devolvió el abrazo con más fuerza que ella, esa fue una espléndida noche. Los días siguientes fueron verdaderamente mágicos para él, su osa lo invitó a asustar humanos ya que eso para ella era su pasatiempo favorito, se atravesaron en la carretera que quedaba afuera de su bosque y le rugieron a dos mujeres que pasaban en un carro pequeño, y luego más tarde a algunos adolescentes que hacían travesuras por ahí, estos eran los momentos más divertidos que había vivido nunca en su vida.
Estaban sentados los dos en la roca donde el siempre pasaba tanto tiempo y se atrevió a contarle de sus fantasías pero ella no respondió como el esperaba, lo llamó infantil y estúpido, ella le dijo que quería un macho fuerte, maduro y decidido, no podía tolerar ese tipo de niñería, un tiempo después ella escapo corriendo de allí a través de la suave hierba.
Él no podía permitir que lo creyeran inmaduro así que quiso demostrarle que un oso si podía volar, mientras pensaba en esto, vio fijamente la gigantesca montaña que se divisaba a unos kilómetros de ahí; se llenó la panza de dos ardillas y un ratón y se dirigió apresuradamente a la montaña. Justo en el momento en que llego, un conejo gris salió saltando de unos matorrales, le dijo en tono alarmado-"¡cuidado compañero! esta montaña no es para citadinos como tú, te recomendaría que te fueras por donde viniste- el simplemente lo ignoró y siguió de largo.
El resto del camino fue uniforme sin demasiado que destacar, ya en el último tramo, una madre marmota con cinco hijos junto a ella se aparecieron en su camino, la vieja marmota grito alarmada-"mi esposo murió cayendo de esa cima y no quiero que te pase lo mismo"- el simplemente la ignoro y siguió de largo. Ya solo quedaba un solo trayecto hasta la esperada cima, motivado aceleró el paso, sin nada que lo detuviera, más que una inseguridad que acosaba en el interior de su cerebro.
Ahí en lo alto veía a sus tan admirados pájaros, sobrevolando el cielo, eso lo animó aún más, así que continúo con más prisa hacia la gran cima. Luego de haber pasado un rato subiendo el último trayecto de la montaña, el oso decide descansar un poco sentado sobre un tronco que había sido derrumbado, él se quedó observando la cima de la montaña, feliz pensando que iba a lograr la gran hazaña de poder volar, eso le hizo continuar la práctica de sus habilidades de imitar pájaros, el oso comenzó a agitar sus anchas y peludas patas, para practicar su gran aleteo.
De pronto un cuervo aterriza en una rama del tronco donde el oso estaba sentado, y le dijo en forma muy alarmada-"Te recomiendo que no lo hagas amigo, porque podrías morir, además tú no eres un pájaro, no necesitas hacer esto"- pero el simplemente lo ignoró y siguió de largo. Al llegar al fin a la cima de la gigantesca montaña él se asomó al barranco y se dijo a sí mismo-"ahora yo le demostrare que yo no soy inmaduro"- dijo el oso, pero tenía una duda que no la tenía clara, pero siguió con su esperado vuelo, el oso salto al barranco y rápidamente agito con fuerza sus gordas y peludas patas, para poder volar pero, no fue como él lo esperaba.
Al final el, termino cayendo hacía el vacío del barranco como una bala aterrizando milagrosamente en un colchón que unos humanos habían dejado en un campamento, al final el oso había entendido y superado el sueño de volar como pájaro, todos sus compañeros del bosque a los que había ignorado, habían dicho la verdad, que no podía volar porque era un oso y no un pájaro, al superar el sueño de volar como un pájaro.
El oso que vivía entre los arbustos del bosque espeso e indivisible, se reunió con todos los que había ignorado incluyendo a su osa, que felicitó al oso de haber superado el sueño más absurdo y aceptar lo que era en realidad.
Todos regresaron a sus casas y vivieron felices por siempre en el espeso bosque e indivisible para los humanos.
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El oso que quería volar
AdventureUn oso tiene un sueño, poder volar como un pájaro, empleara todos los medios a su alcance para lograrlo, aunque al final se dará cuenta de una gran verdad.