Duque
Angelic
🌙🌙🌙Antes de salir de la casa Demian me hizo volver a mi habitación y abrigarme. Estaba haciendo algo de frío en la noche. Además, que me obligó a cargar al monstruo mientras él buscaba una manta para él. La cosa estaba envuelto en mi buzo quieto. No se movió en ningún momento al igual que yo quedé parada sin mover un músculo. Con el pequeño monstruo alejado de mi cuerpo cargando lejos de mí. Escuché una risa detrás de mí. Demian se reía de cómo estaba cargando al perrito. Lo miré pidiendo ayuda y el camino hacía mi cargando el animal. Me estremecí como si tuviera algo sobre el cuerpo. Salimos de la casa y abrió la puerta trasera para dejar al animal allí. Entre en el asiento del copiloto porque ni soñando iría atrás con el monstruo.
—¿Vas a ir a la veterinaria cerca de aquí o la que está más lejos? —pregunté cuando él entró al auto.
—La que está cerca de aquí así podré asociar al pequeñito —por una vez Demian demostraba que estaba feliz. No podía pinchar el globo diciéndoles a mis padres que no quería al monstruo en casa —Además que a Diego le gustará saber que el animal está bien cuidado —encendió el carro para irnos. El resto del viaje ninguno de los dos dijo nada.
De vez en cuando miraba hacia los asientos traseros para ver si el monstruo seguía dormido. Para confirmar con alivio que si estaba aún durmiendo. Demian se reía por mi comportamiento paranoico, no podía entender como él no quedó traumatizado al igual que yo. Si él estuvo también a punto de ser devorado por aquel lobo.
El auto se estacionó frente a la veterinaria. Por casualidades de la vida estaba abierta, sorprendentemente debido a la hora que era. Bajamos del auto y Demian fue a los asientos traseros a cargar al pequeño monstruo. Él se adelantó un poco de mí, ya que estaba cambiando lo más despacio posible para no ir a la par del monstruo.
Dentro de la veterinaria había un peculiar olor a comida para perros. Mire a mi alrededor la cantidad de artículos para mascotas que había era impresionante. El encargado de la veterinaria parecía bastante joven. Por lo menos eso parecía viéndolo de espaldas. Aunque algo me llamaba mucho la atención en este joven.
—Buenas noches, ¿en qué puedo ayudarlos? —esa voz me resultó demasiado familiar. Giro hacia nosotros y ahí lo vi. Esos ojos verdes hipnotizantes, su mirada fría y cuerpo atlético. Nicolás estaba parado justo enfrente de nosotros. Era el empleado de la veterinaria, su mirada perdida me hizo saber que no me esperaba.
—Necesito que el veterinario vea a mi cachorro con la pata lastimada —habló con voz fría Demian interrumpiendo la tensión del momento.
—Enseguida regreso —Nicolás desapareció tras una puerta.
—¿Tu ex trabaja en la veterinaria? —las burlonas palabras de Demian me hicieron sentir un poco tonta.
—No lo sabía —comente seca —Parece ser que Nicolás sabía muy bien cómo engañarme —me crucé de brazos mirándolo seria.
ESTÁS LEYENDO
Los aullidos a la Luna
WerewolfAngelic una joven de dieciséis años que vive con su madre, padrastro y un hermanastro irritante. Cree que en su familia ahí un enorme secreto mas grabe de lo que ella esperaba. Intentando descubrir el secreto de su hermanastro Demian ella se encuent...