primeros dias. capítulo 1

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Crónica de un soldado
[Mi autobiografía]
Capítulo I

Mi nombre es Christian, soy moreno claro, tengo 28 años de edad.
A mis 18 años cause alta como soldado de infantería en el Ejército Mexicano.  fue mi sueño ser soldado y me emocionaba. Me aventure a un mundo completamente extraño para mi. Mi vida fue cambiando poco a poco, mi tiempo dejo de ser mío, pero todo mal tiene sus beneficios.

Era viernes. Aquel día estaba lluvioso, era de madrugada, nuestro equipo estaba en los carros y nosotros ahí listos para emprender el viaje a un lugar donde seríamos adiestrados. La lluvia caía feroz encima de nosotros, los impermeables que usábamos para cubrimos del agua eran incapaces de mantenernos secos. El agua se filtraba hasta mojar mi uniforme, este se empapaba, así también las botas se nos llenaban de agua.

La tormenta que nos despedía, cerré mis ojos un instante y a mi mente llegó la imaginen de mi ex novia, a ella la amaba con todas mis fuerzas, era toda mi vida, pero me traicionó, se fue con mi mejor amigo. Ese recuerdo vano de ella me hizo aumentar el coraje que tenía y hacer que no importara nada, solo seguir adelante en mis sueños. En un instante más sentí un golpe sobre mi casco y un grito "Deja de dormirte hijo de p_u+a"

El comvoy militar inicio movimiento... Comenzaron los gritos de las Clases y Oficiales hacia nosotros. Escuché en uno de esos tantos que alguien dijo "Querían ser soldados, ahora pudrance" ese comentario no me hizo sentir ni la más mínima emoción, por el contrario sonreí.

Me esperaba un sin fin de cosas que no pensaba y que iría descubriendo con el paso del tiempo. Carlos (alias el gato), Adrian (alias el nene) eran mis compañeros y ahora mis amigos.

Llegamos un sábado al campo de adiestramiento, era casi medio día, aún estaba le ceremonia de graduación de los soldados que habían culminado su adiestramiento básico individual, había muchas personas en ese lugar, en su mayoría mujeres disfrutando de aquel evento.

Mis compañeros y yo como todos cuando acaban de llegar, en nuestros rostros se figuraba un espanto, asombro, pues era el rostro de un recluta, pues eso éramos.

[Inició del adiestramiento]...
Llegamo el sábado. Por la tarde de ese día nos organizaron por secciones (grupos), había un mar de soldados como yo, pero nadie hablaba, todos nos manteniamos en silencio, y obedeciendo  las órdenes  de los que  ahí tenían el mando.

-Bienvenidos reclutas. A partir de este momento ustedes no pueden hacer nada fuera de órdenes, aquí vienen a adiestrarse, los formaremos cómo soldados que son capaces de soportar sed, hambre, frío, calor o cualquier inclemencias del tiempo. Aquí los forjaremos como hombres no como señoritas. -Decia alguien con voz fuerte y dominante-.

Éramos muchos reclutas, y así también habían muchos instructores. En la sección que me tocó estar también quedaron mis compañeros, el nene y el gato.
Después de la organización se nos explico las actividades haríamos los días de la semana y ya el fin de semana nos darían franquicia (día de descanso).

El domingo fue un día muy tranquilo, fue como nuestro día de ambientación, pense que así serían los demás días y que lo que nos habían dicho un día antes, era solo para sembrarnos miedo.
El domingo terminó y nos fuimos a dormir a las 2100 horas.

Exactamente a las 2400 horas un instructor llegó al dormitorio.

-Despierten señoritas. A esta hora inicia su infierno, su tiempo ya no les pertenece, ahora es mío. Su adiestramiento comienza ahora -Alguien gritaba mientras con una madera golpeaba los locker de forma amenazante-.

Era nuestro primer día. No sabíamos que hacer. Muchos seguían durmiendo, unos más dijeron "deja de molestar, deja dormir, etc"

-Tienen 10 para salir.
9, 8, 7... -El instructor inicio el conteo en forma regresiva y se posicionó en la única entrada y salida que había-.

Comenzamos a salir lo más pronto posible, muchos salieron en ropa interior y casi nadie uniformado.

-2, 1 y 0. Hasta aquí -Grito el instructor y golpeaba a quien salíera después de finalizar el conteo-.

No alcance a salir a tiempo y sentí un tablazo en las na/gas sin piedad y con una fuerza que me hizo sentir un dolor que hasta las lágrimas se me salieron.
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Continuará

Crónica de un soldado   (autobiografía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora