Mis Pasiones. capítulo 3

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Crónica de un soldado
(Autobiografía)
Capitulo III.

Llegamos de nuevo al campamento militar donde hacíamos nuestro adiestramiento. Eran las 6 de la tarde. Poco a poco iban llegando mis compañeros. El nene, el ratón y yo nos uniformabamos mientras platicábamos de las chicas que habíamos conocido.
A mí alrededor el murmullo de los demás soldados se escuchaba. Terminamos de arreglarnos y nos fuimos al casino (cafetería)...

Antes de las 2100 horas ya estábamos formados todos para iniciar una nueva semana, una nueva aventura llena de todo.

Se llegó el sábado nuevamente...
Quedamos de vernos con las chicas. Andrea y yo ya nos mensajeabamos y habíamos planeado ir al cine, cenar y lo que se diera.
Las niñas llegaron, se veían muy lindas pero Andrea se veía espectacular con ese vestido entallado. Los planes cambiaron y los 6 nos iríamos a un antro que está en la ciudad. Antes de irnos fuimos a cenar y después hicimos tiempo en el parque que está en el centro de la ciudad para irnos a las 11 de la noche al antro.

Llegamos al antro. El ambiente está bueno, había mucha gente bailando, las luces y el ruido eran fascinante. Llegamos y buscamos una mesa, pedimos bebidas para ir disfrutando de la noche. Andrea y yo nos fuimos a bailar...
Estaba ahí con ella entre las luces y el ruido, entre la multitud de gente y rozones de ellas, moviéndonos. Las horas pasaban y las bebidas también. Disfrutábamos de la noche y del lugar. Eran las 3 de la mañana., el nene y el ratón ya se habían ido del lugar con sus parejas. Solo quedamos Andrea y yo.

-Parece que nos dejaron solos. -me decía Andrea mientras revisaba su celular-.

-pues parece que sí. -le respondí-.

-Y ahora qué hacemos -me dijo-.

-No lo sé, no se me ocurre nada. -le dije mientras bebía un bote de cerveza-.

-Vamos un lugar más íntimo.  -me propuso-.

Terminé mi bebida y salimos del lugar. Tomamos un taxi y nos fuimos a un hotel.

Entramos besándonos y acariciando nuestros cuerpos cómo si lleváramos mucho tiempo de conocernos y en realidad no teníamos ni siquiera una relación. podía sentir su excitación y su deseo.
La bebida nos había brindado un toque perverso y sensual, besaba sus labios mientras mis manos quitaban su ropa, prenda sobre prenda hasta dejarla desnuda, mi fal0 estaba erect0 y sobresalía de mi pantalón, ella lo tomo con sus manos y lo apretó fuerte causandome una sensación placentera. Comenzó a quitarme la ropa hasta dejarme completamente desnudo. Tomo mi miembro con sus manos y lentamente fué bajando en mi hasta ponerse de rodillas. Introdujo mi verga en su boca suavemente y moviéndo ligeramente sus muñecas en forma circular. Yo la veia disfrutar de mí, sentía sus manos empujar mis nalgas hacia ella mientras se tragaba todo mi falo hasta llegar a su garganta. Una y otra vez sentía ese entrar y salir de ella, mientras mi miembro se impregna de su saliva. La jale del cabello para ponerla de pie y besar sus labios que aún tenían el sabor de mi miembro. Mientras la besaba mis manos recorrían su espalda, sus caderas, pasaba por sus nalgas y dos de mis dedos estimulaban el borde de su ano. Ella no hacía nada solo disfrutaba del momento. Mi miembro erecto estaba en el jugueteo de sus manos, arriba y abajo y más rápido según su excitación.

Mis labios continuaban besando los suyos, una de mis manos se dijirio a su vagina y mis dedos se introdujeron en ella. Mis dedos se hundieron en el río de sus fluidos tocando sus paredes exquisitas. Por sus piernas escurrían sus caldos más ardientes que se desprendían de su más íntimo deseo.

-ya, ya, ya méteme la verga.  -dijo entre suspiros y sin pena-.

Continúe estimulandola para lograr que llegara aún orgasmo y lo conseguí. Ella gimió con gran fuerza y ruido mientras sus piernas temblaban de su vagina se desprendían fluidos ardientes.
No deje de estimularla y darle placer. La recosté en la cama quedando ella boca arriba. No presté atención a su boca ni a sus senos, me fui directo a su delicada y exquisita vagina que estaba rodeada de bellitos.

Comencé a estimular con mi lengua su clítoris. Disfrutaba del aroma que se desprendia de su sexo, sus liquidos corrían entre sus labios vaginales causandome placer.
Los gemidos que se desprendían de su excitación me llenaban de deseo y lujuria.
Pedía a gritos que ya la hiciera mía, que ya me quería sentir adentro de ella.

Me postre encima de su cuerpo. Nuestros cuerpos desnudos ardian en deseos y lujuria. Ella coloco mi miembro en la entrada de su pepa, comencé a entrar suave y más rudo. Comencé a follarla con intencidad y salvagismo. Sus senos se golpeaban uno al otro por las embestidas que le daba. Ella gritaba desesperada y logró llegar a otro orgasmo.

-ya, ya Papi ya palpita dentro de mi, ya quiero sentir como chorreas de tu miel dentro de mi.  -me dijo extasiada-.

Estando dentro de ella derrame mi miel, sentía el palpitar de mi miembro dentro de su interior.

Terminamos extasiados de placer. Nuestros cuerpos ardientes sudaban y se mezclaban. Quedamos cansados, ella me abrazaba y nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente quedamos de desayunar los 6, pasamos el resto del día juntos. Notaba algo apenada a Andrea y cuando tuve oportunidad le pregunté si le pasaba algo y ella me dijo que estaba apenada por lo que había sucedido. En una plática entre ella y yo me confesó que tenía novio y que se iba a casar. También me dijo que su novio se llamaba Eduardo y era militar como yo. Ella me mostró una foto con su novio y mi sorpresa fue que ella era novia de uno de mis instructores.

Se terminó el día e íbamos caminando rumbo al campo militar, cada uno de nosotros traía una mochila grande en la espalda donde llevabamos nuestra ropa. Para llegar a los dormitorios estaba lejos y mientras caminabamos íbamos platicando.

-No sé que hacer antigüedades, la Andrea me dijo que tiene novio y su novio es el Demonio (así le apodabamos a ese instrumentor). -les dije con tono de miedo-.

-No, mames, ya te cargo la expresada antigüedad, ese perro demonio si se entera te va a hacer desertar.  -me dijo el nene-.

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Continuará

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2018 ⏰

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