El Sr. Michaels

132 8 4
                                    

Las clases acabaron y antes de irme le presumí mi libertad a la perra de la maestra de matemáticas, ya que el director nunca me hace dice o castiga de manera grave.

-Viejo, ¿Quieres ir con migo por un helado?- Dijo Brad- Nina llegará pronto.

-No puedo debo ir al torpe psicólogo hoy, los veré en unas horas ¿okay?

El asintió, consciente de que es su culpa porque él me delató con mis padres.

En fin, me despedí. Entré a mi auto y me fui al bendito consultorio de ese psicólogo.

Era un edificio enorme, las puertas de la entrada eran de cristal y estaban abiertas de par en par. Baje de mi auto y encendí la alarma de mi Audi R8. Entre y vi a una secretaria en recepción, ella era rubia, morena, su piel tersa y perfecta.

-Hola- me dijo con una sonrisa forzada- ¿Qué se te ofrece?

-Tengo una cita con el pinche psicólogo.

-Aaahh… ¿tú eres… Adam Cronwell?- dijo mirando el registro de la computadora.

Cuando asentí ella sonrió forzosamente- Ve al cuarto piso, es la primera puerta.

Asentí y con ganas de pegarme un tiro obligué a mis pies a moverse. ¡No necesito a un puto psicólogo!

Toqué la puerta del condenado psicólogo.

-Adelante- escuché una voz calmada y grave.

Entré y vi una habitación blanca, muebles grises, decoración pobre y un escritorio plateado, brillante y bien organizado.

Me boté en el sofá y puse mis pies en la mesita de centro, el psicólogo se impresiono pero no dijo nada. Ce acercó y se sentó a mi lado.

-Hola, soy el Dr. Michaels. Un gusto conocerte- dijo cortésmente.

-Le diría mi nombre pero ya lo sabe- dijo acomodándome en el cómodo sofá.

-Bien- suspiró- Adam, ¿cómo estás?

-A excepción de que me toman por loco, estoy de mierda.

Él asintió- ¿Por qué lo dices? Tus padres están vivos, tu hermano saludable, vas a una escuela muy conocida, tienes buenos amigos, gozas de buena salud, hasta donde sé estás genial.

-Mis padres se separaran, mi hermano parece emo o la versión barata de Marilyn Manson, la escuela es una mierda, mi mejor amigo me traicionó, todo es una porquería.

-Creo que exageras un poco.

-Mi vida es una mierda pero no necesito su maldita ayuda.

-Hagamos algo, les diré a tus padres que estás genial y que no necesitas un psicólogo si haces todo y respondes todo lo que yo te pida esta semana.

-Usted no quiere ayudarme, solo quiere el dinero de mis padres, yo no le importo. Púdrase,

-Deja de estar a la defensiva, no estás loco. Bien, hagamos esto. Primero te conoceré, veme como tú amigo y consejero ¿Okay?

-Por algo se empieza- dije aceptando.

La chica de mis sueños #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora