Las clases ya habían terminado y yo iba camino a mi pequeño hogar. Aun que sabía que hoy a papá le pagaban y lo más probable era que fuera a emborracharse, o quizas esté en casa, pero esa posibilidad me aterraba. Se enojará al ver moretones en mi piel que no fueron hechos por el. Mi ojo herido ardía y con él veía nublado, claro, por que la sangre me impedía ver con claridad. Mañana desaparecerían los rastros de sangre, no es la primera vez que sufro algo como esto… Y no será la última de eso estaba segura.
Iba por uno de los tantos caminos de tierra, rodeado de pastizales secos. A lo lejos, había una gran mansión que habían estado construyendo hace más de un año, instalando de todo. Sabía que tarde o temprano los dueños de aquella mansión llegarían a ella a vivir. ¿cuánto daría por lograr tener una casa así de grande? Creanme que daría todo.
El viento soplaba con ferocidad, moviendo mi cabello de una forma agitada. Las puntas chocaban contra mis mejillas y alrededor de mi ojo dañado, por lo que cada vez tenía que colocarme algunos mechones tras mis orejas para que así no me molesten. El día había comenzado con un hermoso soleado, pero en este momento las nubes negras comenzaban a llegar desde el horizonte, prometiendo una tormenta.
Las pequeñas piedras comenzaron a temblar bajo mis pies, al darme la vuelta ví como un Chevrolet Camaro se acercaba a paso medio, por encima de la tierra dejando tras suyo una larga nube espesa de polvo. De color negro como la noche, sus luces resaltaban. Y aun que estuviera pasando por un sendero de tierra y rocas, estaba limpio y reluciente, como si lo acabarán comprar. Me aparté, deteniéndome para dejar pasar al coche, pero cuando ya estaba pasando por mi lado, se detuvo. No sabía si debía correr o no. ¿Quién era? ¿Me haría daño?
La ventana del lado del conductor comenzó a bajarse, dejando a la vista a un chico con una chaqueta de cuero negra con el cuello levantado, llevaba lentes de sol oscuros. Cuando me miró, me sorprendí al ver quién era... era Justin.
—Hola… —me dijo, supongo que intentando recordar mi nombre. Pero sabía que no lo recordaría, nadie me nombra por mi nombre, solo con los apodos que llevo sobre mi.
—_______ —me avergüenzo al notar que mi voz sale tartamuda y por instinto agacho la cabeza.El me mira, notando mi incomodidad. Abre la puerta y baja del coche, para que de inmediato me ponga tensa de una manera rápida y retroceda de él. Al ver mi reacción, se detiene extrañado como si fuera un pequeño animalito. Se quita los lentes y se agita el cabello, dejándolo desordenado antes de decir —Oye, no te haré daño ¿está bien?.
Me negué a mirarlo, todos decían eso para solo hacerme daño. Asentí antes de retroceder más y comenzar a caminar a grandes zancadas para alejarme lo más posible de él. Sentí llamándome, pero lo ignoré con miedo. ¿Qué me haría? No confiaba en él por que no lo conocía. Tampoco conocía sus intenciones conmigo. Sus pasos se acercaban a gran velocidad, por lo que me di vuelta para verlo correr hacía mi. Ahogué un grito en mi garganta y me di vuelta por completo para quedar frente a él. Puse mis manos hacía su dirección, con las palmas extendidas hacía arriba. Comencé a retroceder a medida que el se acerba a mí ya de una manera más lenta.
—N-no me hagan nada. Espera hasta m-mañana en la esc-cuela para golpearme si quieres —me encogí, mientras volvía a retroceder otro paso.
‘’¡No te dejes ganar,_____!’’ me dije a mi misma.
Su rostro mostraba confusión. Noté como su mirada se dirigía al moretón que tenía alrededor de mi ojo derecho y vi como en su mirada comenzaba a comprender todo. Me miró fijamente sus ojos mieles, mostrando a través de ellos compasión y lástima. Dio un paso hacía mi, con lentitud e inseguridad. Al ver que no me moví, avanzó otro paso. Me tensé aún más e intenté dar otro paso hacía atrás cuando su voz me hizo detener mis movimientos.
—No te haré daño, _______ . No retrocedas —me pidió.
Lo miré nuevamente y volví a bajar la mirada, quedándome quieta mientras él se acercaba a mi nuevamente hasta quedarse frente a mi tenso cuerpo. Pasó el dorso de su dedo índice sobre los moretones, provocando que cerrara con fuerza mis ojos, temiendo a que me golpee. ¿Confiar en su palabra? ¿Como se supone que debería confiar en él si no lo conozco? He confiado en la palabra de muchas personas, pero ellas terminan lastimándome de todas formas.
—No… No hagas eso… Por favor —le pedí.
Al segundo, sentí su mano salir de mi piel. Él retrocedió un paso para darme espacio, cosa que agradecí interiormente. Abrí los ojos para verlo mirándome fijamente.
—¿Dónde vives? Quizá te podría llevar hasta tu casa —ofreció con amabilidad.
Negué con la cabeza.
—No… No estoy lejos —miré hacía la dirección de mi pequeña casa.
—No veo que vivas tan lejos de mi. Ya sabes, cualquier cosa, puedes ir a mi casa —apuntó hacía la mansión que estaba a lo lejos.Lo miré. Se notaba a leguas que era un niño rico, por el auto y su ropa. Asentí, y sin despedirme, comencé a correr hacía mi casa.
No volví a pensar en el encuentro que había tenido con Justin después de clases, ya que recordaba la forma en que cobardemente evité su mirada y su proximidad a mi espacio. Estaba justo ahora encerrada en mi habitación, intentando ocultar los moretones con la base que ocupo para ocultar ojeras de vez en cuando. Me miraba en pequeño pedazo de espejo roto que había recogido cuando mi padre me había lanzado contra en espejo de cuerpo entero de la sala que antes era de mi madre. Había pensado en usarlo ese momento para defenderme, pero no pude hacerle daño a mi padre.
Cuando acabé, vi hacía afuera, hacía la mansión de Justin. Las luces estaban encendidas, y de la chimenea salía un leve humo gris oscuro. ¿Cómo se sentirá estar frente a una chimenea encendida? Debe sentirse bien. Y bajé la mirada al pensar en aquello. Sentí la puerta de la entrada abrirse con fuerza, y supe que papá había llegado.
—¿Tan temprano? —susurré para mi misma.
Debería haberle echo la comida, pero recién había llegado, y había venido directamente aquí para cubrir la evidencia de que era golpeada por alguien más. Me encogí, tampoco había lavado los pocos platos que teníamos.
En pocas palabras estaba acabada.
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Ayúdame (JustinBieber&Tú) ADAPTADA
Fanfiction''Ayúdame por favor, sácame de esta pesadilla'' ''Haría lo que fuera por hacerlo, princesa'' ''Sácame de aquí, haz que se detengan... Haz algo'' ''Lo que sea por ti, nena'' (...) ''Yo sé como puedo salvarte'' ''¿Cómo? Dime, por favor'' ''¿Confías en...