PRÓLOGO

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Ella siguió corriendo a través de aquella carretera desierta y mojada por aquella fuerte tormenta que hubo un par de horas atrás mientras apartaba las lágrimas que caían a gran velocidad, una tras otra por su rostro.

   —Te amo, y lo siento, joder. Pero no tenía otra elección. —Gritó Caden.
Pasaron unos segundos, y cuando fue consciente de que ella no regresaría, ni se detendría para volver junto a él, dio media vuelta para volver a su coche. Pensando en que había perdido lo que más valoraba y amaba en todo el planeta.
Una vez dentro del vehículo, se llevó las manos a la cara, permitiéndose deshacer aquel horrible nudo que tenía atascado en su garganta. La primera lágrima se deslizó desde su ojo izquierdo hasta su mentón. Y allí, metido en su coche, y con la ropa empapada por la lluvia que hubo anteriormente, decidió vengarse de todas aquellas personas sin ningún tipo de corazón. Iba a vengarse de todos y cada uno de ellos por hacerle realizar todo ese mal sin opción alguna. Iba a hacer pagar a los responsables.
Apoyó la cabeza sobre el volante. Lloró. Sollozó. Y finalmente, arrancó.

No digas mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora