the exchange: yoonkook (wwyitm? pt. 2)

cupid shot two arrows the wrong way

Jungkook rodó los ojos al ver aquella publicación en instagram. No pudo evitar notar que YoonGi sonreía sin ganas, y que la felicidad de su ahora novio no podía parecer más forzada.

Sin embargo, ¿Quién era él para juzgar a aquella pareja? Él era el que estaba en estos momentos acurrucado en los brazos de alguien a quien no amaba, ¿Y si YoonGi sí era feliz, a pesar de que no estaba con él?

Jungkook, desde que había empezado su relación con Jimin, cada día se trataba de convencer a sí mismo de que lo amaba, pero no lo hacía. No era verdad.

Y es que Jimin tal vez le ayudaría a olvidar al pálido chico que en algún momento había amado con todo su corazón, pero estaba seguro de que amarlo era algo que nunca podría llegar a hacer.

Porque Jimin no era Yoongi.

Entonces, mientras los brazos de aquél chico rubio rodeaban su cintura recostados en el colchón de la habitación del mayor, Jungkook no podía evitar pensar en que ojalá las manos que lo acariciaban fuesen las de Yoongi.

Lo extrañaba muchísimo.

Y, hasta ahora, Jungkook no deja de preguntarse por qué Yoongi había desaparecido aquella mañana y no había vuelto, y por qué luego de dos meses apareció en otro lugar del país y no respondía sus mensajes.

Jungkook no había parado de preguntarse qué fue lo que hizo mal.

Tratando de liberarse de pensamientos que amenazaban con hacerlo llorar, se giró, quedando cara a cara con su novio, y juntó sus labios en un beso en el que amor era lo que menos había.

Y cerró los ojos, deseando que los labios que besaba supieran tan bien como los de Yoongi. Pero no era así, nunca sería igual, y se sentía la peor persona del mundo al hacerle esto a su novio, pues no se lo merecía.

Todos sabemos que a las 3 am muchas cosas pueden dejar de funcionar en nosotros, pues la hora, las estrellas, el frío, y el sueño se vuelven cómplices de nuestro corazón.

La hora no te deja ser capaz de pensar con claridad.

Y las estrellas son escritoras de historias de amor que ya no existen.

El frío te hace pensar en la persona con la que en realidad quieres estar.

Y el sueño te lleva a lugares que extrañas, te trae recuerdos que vienen en forma de olores, colores, en forma de rostros.

Y todos los pensamientos de Jungkook llevaban a Yoongi, y todos sus sueños tenían el color de sus ojos y el aroma de su cuello, y las estrellas hacían lo suyo y la tinta de sus plumas comenzó a caer en el cielo.

Cuando su novio se quedó dormido, Jungkook tomó su celular, se deslizó con delicadeza fuera de las mantas que hasta ahora le habían estado quitando el frío, y se dirigió al baño. Desbloqueó la pantalla de su celular, y miró dudoso aquél botón de "Enviar Mensaje" en el perfil de Instagram de Yoongi.

¿Esto era una buena idea? No lo parecía, pero aún así tocó aquella opción con su dedo y le envió un mensaje al mayor. Un último mensaje, y si no respondía, se rendiría.

¿Te diviertes?

Al enviarlo sintió como le faltaba el aire y creyó que, por un segundo, moriría. La última vez que había intentado contactarlo había sido hace un año.