Capítulo 1

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Chanyeol se agachó detrás de un arbusto al ver acercarse a un guardia real. Era absurdo que alguien de su altura tratara de esconderse, pero debía hacerlo si quería algo de libertad.

Chanyeol era el príncipe de un reino grande y próspero. No era el primero en la línea sucesoria, y eso al menos era un respiro para él, porque dudaba ser capaz de reinar desde su cuarto, al que había sido confinado poco después de cumplir los cinco años.

Fue en ese entonces cuando Chanyeol demostró que tenía el don y el poder de controlar y crear el fuego. Lamentablemente, eso se descubrió cuando casi mata por accidente a un infante de un reino vecino durante una visita de estado. Al ser invierno, los reyes pudieron camuflar el evento como un accidente con la chimenea, pero ellos sí habían visto al pequeño Chanyeol prender fuego a las cortinas tras las que se ocultaba el otro niño.

Desde entonces, y temerosos de que su poder, que iba creciendo día a día, pudiera causar estragos, lo habían encerrado en su cuarto las veinticuatro horas del día, con el único contacto humano de la doncella que entraba para dejarle la comida. Ni sus padres ni su hermano fueron a visitarlo más que una vez al año, el día de su cumpleaños, para recordarle lo importante que era que estuviera encerrado. Atañeron la encerrona públicamente a que era de constitución débil, pero nada más lejos de la realidad; el joven príncipe era alto, fuerte y se valía por sí mismo.

Por eso, desde que cumplió los quince, se había hartado de estar encerrado en su cuarto. Descubrió un pasadizo secreto gracias a los libros, que eran el único pasatiempo del que disponía, y también añadió algunas mejoras a los antiguos mapas de los pasadizos y mazmorras del castillo, mejoras que descubrió por sí mismo. Esos pasadizos lo llevaban al bosque real, un par de hectáreas cercanas al castillo y dentro de sus murallas, en el que podía hasta perderse si no iba con cuidado.

Por eso llevaba ya cuatro años saliendo en secreto al bosque, practicando su poder para controlarlo y dominarlo, y ser capaz de decirle a sus padres que no había nada que temer. Los animales del bosque ya lo conocían y lo dejaban tranquilo, incluso consiguió domesticar algunos para que le hicieran compañía en sus salidas. Era mejor que nada, y Chanyeol era feliz allí.

Aquel día no había pensado salir, en realidad. Pero mientras estaba en su cuarto, mirando por la ventana hacia el bosque, vio una luz brillar entre los árboles, una luz tan brillante y pura que no podía creer que nadie más la hubiera visto. Esperó durante media hora, pero nadie se dirigió hacia allí, y él sintió la necesidad de ir. Así que se preparó, los mapas ya memorizados en su cabeza, y salió.

La guardia finalmente pasó sin verlo, y él pudo adentrarse en el bosque, donde los ojos ajenos no podían verlo. Llevaba tantos años en aquel bosque, aprendiéndose cada árbol, cada matorral y cada camino, que no le resultó difícil saber de dónde provenía aquella extraña luz que había visto. A pesar de las ganas que tenía por llegar y descubrir qué era lo que había brillado, no era tonto y se acercó con cautela, escondiéndose y comprobando que no había nada extraño a su alrededor. De hecho, comenzó a oír como un murmullo bajo conforme se acercaba a donde creía que se encontraba la fuente de luz, y supo que había tomado el camino correcto.

Lo que no se esperaba era lo que descubrió al asomarse detrás de un seto.

Allí, en el centro de un pequeño claro, se encontraba un chico. Llevaba ropa ancha, demasiado para su complexión, su pelo rubio caía suave y esponjoso sobre sus ojos brillantes y oscuros, y su pequeña pero bonita boca estaba apretada en una línea preocupada mientras miraba alrededor. Pero lo más impactante era el cuerno que sobresalía de su cabeza, por encima de su frente, completamente blanco en la base y modificando su color poco a poco hasta acabar en un púrpura intenso en la punta que brillaba por sí misma.

Healing Fire {ChanBaek | BaekYeol}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora