Cayó la noche y Dalton se encontraba sentado en el escritorio de su cuarto ordenando los detalles sobre lo que sería la universidad, en la página y correo electrónico de la misma anotando su número de clase, materias, etc.
Ya terminada una llamada a sus padres se dispuso a acostarse para finalmente descansar, definitivamente había sido un largo día y necesitaba energías, pero claro, el insomnio le era incontenible, se sentía ansioso, nervioso, estresado (por alguna razón), sin dudas la universidad le ponía nervioso, y una carrera de ingeniería no sería fácil. Luego de quedarse varios minutos mirando el techo y dando vueltas en la cama finalmente logró consiliar el sueño, tanta calma de una manera muy sencilla pero acogedora, un apartamento para él solo aún seguía siendo impresionante para él, sumido en pensamientos plasmados en sueño y fragmentos de sus días anteriores llegaban y su mente entraba en trance muy relajado.
¡El sentimiento que perdura!
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Finalmente la mañana, fresca aún desde su habitación, abrió los ojos perezosamente y así quedó hasta volver en sus sentidos y de un brinco salir de la cama, no era tarde pero aun así quiso asegurarse de tener todo listo para su primer día en la gran Universidad Nacional de Seúl, si se sentía nervioso y seguía adaptándose a estar solo en aquel apartamento. Escogió una ropa casual pero bien vista; pantalones negros algo ajustados, camisa de manga larga color azul oscuro, chaqueta color marrón con detalles beige y finalmente sus botas timberland negras, amaba esas botas, tenía varios pares de otros colores. Una apariencia clásica y despreocupada pero a la vez cómoda para él, muy al estilo Dalton.
Una vez que salió del cuarto y cerciorarse de sus últimos detalles se despidió del amable hombre de la recepción, para ir a su destino se decidió tomar el autobús, aún no conocía bien el tema de los transportes en Corea, no creía que fuera tan complejo, vehículos y demás, un gran suspiro salió de él en medio de un pequeño grupo de personas que esperaban también el mismo trasporte.
<< Sería un buen momento para pensar en tener un coche, - otro suspiro más - aunque sería igual de difícil >>
No le dió mucha importancia en lo que restaba del camino hasta llegar al lugar, y sí, ahí mismo los nervios volvieron a flor de piel. Cada paso que daba, cada puerta que cruzaba para llegar a la sala donde anotaría su lista de libros y sus siguientes horarios, ya que los que él tenía eran solo los primeros del día y necesitaba el resto. Era crucial, claro que sí, y le daba su suma importancia a todo lo que hacía en esos momentos.
Estaba frente a la pared donde se encontraba la extensa lista de los estudiantes transferidos, becados y nuevos, miro su nombre anotando horarios y enseñando su ficha de estudiante a la secretaria para continuar hasta que vió a alguien cerca de él.
Era una chica alta, casi como él, de cabello castaño muy largo y las puntas en un tono levemente rosado claro, tenía unos libros en el piso y una hermosa sonrisa en su rostro, hablando con alguien, estaba acomodando algo en sus pies, extraño, pensó él hasta que en un momento vió que era un vendaje casi pasando el tobillo, ahí lo entendió.
Se despidió de esa persona, la chica se empezaba a levantar y él enseguida fue a ayudarla con sus libros y su mochila, notó que no tenía mucho problema pero le pereció muy amigable igual.
— Muchas gracias, pero no era tan necesario. —Soltó una pequeña risita, tenía un tono de voz más o menos grave pero dulce, se veía muy amistosa— Eres nuevo, ¿no? Bueno, es un poco obvio — soltó otra pequeña risa seguido — ¿Vienes de intercambio?.
— No, vengo en un periodo definitivo, terminé mi primer año en mi país pero surgió la oportunidad aquí y quise venir a estudiar.
— Fascinante ¿Vienes con alguien más, o tal vez tus padres? —Se veía que la chica es sociable —
—No en realidad vine solo esta vez, soy algo más independiente por así decir — ambos sonrieron al mismo tiempo ante el comentario— Tu también eres nueva, ¿verdad? También es un poco obvio — Oh, Dalton, sonrisa con tanta inocencia—
—La chica solo río un momento para después volver a mirarlo — Estudio en este país desde hace tiempo ¡Vaya! ¿Dónde están mis modales?. Kim Lyanh Hye pero todos me dicen Lihye, es un gusto— Hizo un reverencia para luego extender su mano—
Dalton calló esos segundos, y es porque aquella chica que había conocido tenía un nombre y un apellido coreano pero uno de ellos no lo era, y como es de esperar, la chica tampoco tiene ningún rasgo coreano.
— Dalton Bell, el gusto es mío.... tu nombre y apellido... — ni siquiera sabía como terminar bien esa frase—
La chica esbozando una pequeña sonrisa contestó por él — Lo sé, no soy de aquí, mis padres me pusieron así cuando me trajeron.
No sé limitó a decir mucho, una respuesta bastante conservadora, cosa que a Dalton le causó mucha intriga después pero solo respondió acorde. Lyanh le agradaba mucho y no solo por ser una de las primeras personas que le habló.
—Genial, sí, es muy interesante que...
— ¡¡LIHYE. Al fin te encuentro!! — iba a continuar cuando se hizo presente el pequeño grito de un chico que venía corriendo en dirección a ellos. —
—Oye, ¿me prestas tus notas de la primera clase? Olvidé las mías en casa. — el chico se hizo presente ante ellos, respiraba entre cortado, estaba cansado, por lo visto corrió mucho. —
— Mira que raro, no, no las traje, pero ansío ver tu desesperación cuando la clase inicie.
Dalton rió un poco por el comentario de la chica de piel muy blanca, hasta que el otro chico al fin se reincorporó en su lugar para mirar cierta presencia entre ellos. Hasta captar ante sus ojos a un joven de sólo un poco más alto que él y ella, piel no tan oscura ni tan clara, ojos cafés, cabello marrón el cual el otro peinaba a raíz de la corrida, también notó en su cuerpo que podría ser deportista ya que se veía en forma, vestido más o menos como Dalton, de forma casual pero clásica...
— Oh, olvidé presentarlos — Lyanh intervino en un momento bastante oportuno—.
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No Podemos Los Dos
Romance¿Dalton olvidará a Shun, o Shun aceptará a Dalton? Duele enamorarse de una persona con la que sabes que jamás podrás conseguir amor ¦Dalton es un sobresaliente joven norteamericano que inmigra hasta la gran Seúl (Corea del Sur) y que encuentra su pe...