-No me sorprende.
-¿Qué insinúas, Doble tonto?
-Nada, nada. -Le dijo riendo. Kevin amaba esa sonrisa, no mentía cuando se lo decía.
-Me gusta pasar tiempo contigo, Eddward.-
-¿Por qué?-
-Los minutos pasan volando, te lo repito, me encanta tu sonrisa, amo hacerte sonreír.- Kevin tomo su mano. -Me gustaría mirarte y que tu rostro se ponga rojo de vergüenza.-
-Kevin...
-Rayos, ¿Ves lo cursi que me has vuelto?.-
-Filofobia.