Reglas rotas I

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A finales del siglo XIX y a inicios del siglo XX, los reinos tuvieron una pequeña guerra, pues un demonio bastante peculiar rompió las reglas en 48 hrs, para ese entonces existía una regla más a las que conocemos, a parte de no poder enamorarte de tu raza la cuarta especificaba muchas cosas, por si tu cerebro no captaba la orden anterior, y esta decía lo siguiente.

4)Al no enamorarte de alguien de tu raza ni la contraria, aún queda prohibido enamorarse de algún habitante de otros reinos. De ser así serán desterrados al planeta B215.

Aquel demonio se enamoró por error de una chica perteneciente a su reino, el joven aún no sabía como diferenciarlos, pues cada reino posee diferentes tonalidades de sangre, así se distinguen de cada raza.
Por desgracia la habilidad de distinguir llega a diversas edades dependiendo el reino, en caso de los demonios es a los 18...y aquel chico apenas tenía 15.

Cuando la vio por primera vez pensó que era un humana, tenía los rasgos de dicha raza, creyó que esa atracción desaparecería pero no fue así. Cada día la observaba pasar por la calle tanto así que comenzaba a convertirse en una obsesión.

Un día en clase repasaron las reglas que tenían, llegó la última norma y el joven palideció, debía olvidarla cuanto antes, quería evitarse problemas.

Al salir de clases con un lío en su estómago y un debate mental, se dejó llevar por sus pies, lo cuales parecían saber a donde ir sin que el chico lo supiera...
Miró el gran cartel que anunciaba el nombre del lugar, era una biblioteca, se veía que era nueva por la calidad de los estantes que aún conservaban el aroma a nuevo. Sin saber en que momento había entrado y había recorrido el lugar hasta llegar al área política; admiraba la cantidad de libros que se encontraban a su alrededor, giró a su izquierda y ahí estaba ella, mirándolo con un uniforme raro que al lado derecho tenía un logo, se le hacía conocido hasta que recordó verlo hace unos instantes, era el logo de la biblioteca y era más que obvio que la chica era empleada del lugar.
La joven de quizá 17 años lo miraba extrañada, cómo si esperara una respuesta.

- Disculpa, ¿Qué dijiste? - Preguntó el chico completamente confundido.

- En qué puedo ayudarte?, busca algún libro en especial?- Atendió la empleada amigablemente. El joven miró de nuevo su uniforme, halló una pequeña placa con su nombre

Gris

Era el nombre de la joven. Este volvió en si, pues se había dado cuenta lo raro que la miraba

- Busco un libro que contenga las leyes - Balbuceo

- Para qué? - Gris lo miró extrañada, con el ceño fruncido- Casi nadie viene buscando ese tipo de libros

- Si - Tartamudeo el demonio buscando alguna excusa para su pedido - Es que me lo pudieron de tarea, hoy repasamos las leyes y de trabajo pudieron las consecuencias al violar las leyes - Mintió, de una forma tan creíble que ni un detector de mentiras lo descubriría

- Ya veo, el libro esta justo aquí - La chica le mostró el libro después de encontrarlo en la parte alta del estante. El libro era viejo, se notaba por la calidad de la portada, contraportada y el lomo. El chico tomo el libro en sus manos y sin más Gris se marchó después de escuchar un Gracias por parte del cliente. Ojeo el libro hasta llegar a la página 50 de este, las 4 temibles leyes estaban plasmadas sobre un papel amarillento, algo roto, se veía que estaba escrito a mano quizá por una pluma finísima; al final de la página vio unas letras pequeñas casi imperceptible debido a las manchas del papel, las letras iban dirigidas especialmente a la última regla y decía lo siguiente:

Si ocurre un romance entre cualquier reino no originario de este planeta pero si habitante con un humano, sólo podrá ser aprobado si sus razones son verídicas y claro, si ambos se aman de verdad.

El chico sintió un gran alivio al leer aquello, dejó el libro y miró el mostrador, la chica escribía algo sobre un pequeño papel amarillo, cuando terminó miró al chico lo señaló y luego apuntó el pequeño papel, sonrió y salió del lugar.
El joven llegó al mostrador, tomo el papel y al terminar de leerlo miró a Gris quien se preparaba para cruzar la calle, él no supo que hacer estaba tan sorprendido por aquel escrito que sólo se limitó a mirarla a través de las puertas de cristal, observándola como avanzaba... Hasta que un auto que por desgracia fallaban los frenos la empujó tan fuerte que quedó 3 metros lejos del agresor.
Su uniforme beige se empapó de sangre en segundos y la multitud no tardó en formarse, por su parte el conductor alarmado llamó a emergencias. El chico de nombre Alec salió de la biblioteca y llegó hasta la chica, estaba impactado, y varias emociones se acumulaban en él, estaba confuso, temeroso, triste, horrorizado y una pizca casi inexistente de emoción por aquel papelillo pero no importaba pues la escritora de la nota perdía sangre a cada minuto; llegó la ambulancia y el fue con ella con la excusa de que era su novio...




Hola :) me llamo Gris.
No si recuerdes pero una vez fui a tu escuela a visitar a tu profesor y tu nombre cuando te pidió leer tu ensayo frente a la clase. Alec
Debo admitir que me atraes un poco así que quiero conocerte.
¿Te parece si nos vemos en la heladería que está junto a tu escuela?


Con cariño Gris

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2018 ⏰

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