Bajé del avión, con tan sólo llegar al aeropuerto se siente totalmente el cambio. Busqué mis maletas rápidamente, todo para llegar pronto a mi casa. Esas mas de 24 horas de vuelo con escalas Venezuela-Miami-Corea acabaron conmigo.
Debo admitir que una enorme paz me cubrió en cuanto logré respirar el aire coreano. Tal vez no es mi país natal, pero es el lugar donde crecí y eso ya es suficiente para que me sienta muy bien.
Al salir, tomé un taxi. No quise esperar por un autobús y no me iría caminando desde el Aeropuerto Internacional de Incheon hasta Sangdo-dong.
Durante el trayecto, no hice más que quedarme viendo al exterior, admirando el paisaje tan familiar que me regalaba Seúl.
Cuando el taxi se detuvo, pude ver mi casa. Aunque fuera muy hermosa, de alguna forma se notaba sola. Después de todo, papá estaba en otra ciudad, mi hermano de intercambio en Estados Unidos, yo estaba en Venezuela y a las personas del servicio se les dio esta semana libre.
Con ayuda del conductor, bajé mi equipaje. Más tarde se despidió con una venia que respondí.
Observé el lugar. La fachada, de cálidos tonos crema, complementados con madera oscura; con ventanales de cristal. Debajo de los ventanales se hacía paso el punto focal del jardín del frente, los rosales de rosas blancas; además de la grama verde que cubría en su totalidad la extensión del jardín.
Con lentitud, me encaminé a través del sendero hasta la puerta. Saqué el juego de llaves que no usaba desde hace 6 meses y abrí. Me recibió el familiar aroma de vainilla de los productos que se usan para la limpieza.
Por primera vez en casi 10 años, podía decir, con total seguridad, que estaba de regreso en casa; y esta vez no sería por las vacaciones, esta vez era permanente.
Me adentré y solté las maletas. Me retiré los zapatos y me coloqué las pantuflas que siempre utilicé para estar en casa.
Delante de mi, estaban las escaleras, que dirigían al segundo piso; con barandales de cristal y escalones de la misma madera oscura con que estaba todo el piso de la casa.
Decidí buscar un vaso de agua antes de subir, por lo que me dirigí al lado derecho, bajando por dos pequeños escalones, para llegar a la sala de estar. La recorrí, tocando levemente los muebles de cuero blanco. Mis pasos me guiaron hasta el comedor y de allí hasta la cocina; tomé mi vaso de agua y luego hice todo el camino devuelta a la entrada para subir por la escaleras.
Ya estando arriba, no paré ni me fijé en nada que no fuera llegar a mi cuarto.
Lo primero que hice al llegar allí fue sacar de mi bolso, el cual nunca solté, mi laptop. Tenía como tarea, avisar a mi hermano apenas llegase a casa. La coloqué en el escritorio, para después encenderla y abrir skype.
La llamada fue recibida instantes después de que la iniciara. Me saludó la imagen de mi hermano, mas dormido que despierto, aún en la cama.
- Hey, lamento despertarte. - Tuve que disculparme, sé que la carrera de mi hermano es difícil y que le agota todas las energías.
- Nah, no te preocupes. - Desestimó. - En realidad la alarma debía sonar en 10 minutos más, así que da igual. ¿Ya llegaste? Por cierto. -
- Si, el viaje fue duro, pero al menos ya estoy aquí. -
- Me alegra que estés de regreso, ya hacías falta. -
- En primera, debes estar aquí para decir eso, seguimos teniendo mucho kilómetros de separación; en segunda, sabes que estuve aquí hace menos de un año. -
-Si, pero esta vez es diferente, esta vez te quedas, permanentemente. - Una gran sonrisa emocionada surcó su rostro.
Seguimos hablando un rato más, acerca de como nos estaba yendo. Pero noté que había algo que quería decirme, lo vi por la forma en la que aveces abría la boca, para terminar mordiéndose el labio inferior y decir cualquier tontería.
- Dejar de titubear y dime lo que me vas a decir de una buena vez. - Dije después de ver que lo hacía ya por cuarta o quinta vez desde que empezamos a hablar.
- ¿Que? ¿De que hablas?. -
- A ver, te conozco de casi toda la vida. Sé cuando quiere pedirme o decirme algo, así que... Dispara. - E hice con mis dedos una pequeña pistola disparándole a la cámara.
- Bien, estem... Quería pedirte un favor, para que ayudaras a un amigo. -
- ¿Un amigo? ¿Y para que necesitaría que yo lo ayudase?. -
- Sucede que él no está pasando su mejor momento. Está estudiando música, debe pagar él mismo su colegiatura y la renta del apartamento. No posee apoyo de sus padres y en su trabajo que aprovechan de que no está graduado para negarle varios derechos. -
- ¿Y que pinto yo en todo esto?. No puedo ayudarlo. -
- Noona, ¿no lo entiendes?, está en problemas, lo van a echar de su apartamento porque se atrasó con unos pagos. Además, trabaja en un bar y me preocupa que por algo de dinero vaya a recurrir a algo mas peligroso que atender mesas hasta las 3 de la mañana. -
- Yo creo que estás exagerando. ¿Por qué no busca ayuda con sus padres? -
- No lo entiendes, yo no lo conozco, pero tenemos un amigo en común y es él quien está mas preocupado, fue él quien me pidió ayuda a mi. Pero como yo no puedo hacer nada, mucho menos desde Estados Unidos, por eso te lo digo. Te lo explico, él vive sólo, no tiene el apoyo de sus padres porque quería estudiar música. -
-¿Y en que planeas que lo ayude?. -
- No lo sé, ofrécele un empleo, hazle un préstamo, alquílale una habitación a un precio razonable, yo que sé, eres tú quien maneja el negocio familiar. Pero, por favor hermanita, hazlo aunque sea por mi ¿si?. - Dijo haciendo un adorable puchero, mientras juntaba las manos en una posición de ruego, delante de la cámara.
- De acuerdo, veré que puedo hacer por el chiquillo. - Dije rendida pasando una mano por mi cara, mi hermano cuando quiere algo va a insistir y no quiero pasar la siguiente hora aquí, discutiendo con mi hermanito las razones por las cuales podría y no podría ayudar al chico.
- Em... Noona, él es mayor que tú. -
- Ok, vale, eso no tiene nada que ver, ¿dónde lo encuentro?. -
- ¿Te puedo pedir otro favorcito?. -
- A ver, ¿ahora que me vas a pedir?. -
- ¿Podrías ir por él y tratar de convencerlo hoy mismo?, por si acaso. -
- De acuerdo, iré hoy, pero de verdad necesito que me digas donde debo buscarlo. -
Me hizo una seña, indicándome que esperara un momento, mientras el hablaba, creo que por kakao, por lo que puedo deducir debido al sonido de las notificaciones.
Cuando pareció finalmente terminar de chatear con alguien más, se volvió hacia la cámara.
- En el bar Wolhyang Gwanghwamun - Dijo leyendo algo en su teléfono, supuse que el nombre del sitio. -Lo encontraras como Min YoonGi. -

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Amor Dominante | Min YoonGi [BDSM] ||| CANCELADA |||
FanficDificultades en la vida... Una petición... Una ayuda... Un trato... Y fantasmas del pasado... Él estaba al borde de caer, la desesperación y la incertidumbre casi lo llevan a cometer un terrible error. Dos vidas enlazadas que se encuentran en el mom...