Te reclamo en medio de esta soledad adornada por el cantar de las olas, mientras la brisa del mar me cobija la cara.
Y tu luz. Tu maldita y cegadora luz que enciende la llama de mi discordia.
Te reclamo por que sin siquiera mover tus penumbras me arrastras a tu oscuridad ensordecedora de brillo.
La arena son las Calcetas de mis pies que se sumergen en la húmeda frialdad de mi desvelo.
Y me miras con tu silueta redondeada de destello. Y te burlas con tu conejo en el vientre de la noche.
Y las llaves de mis ojos son abiertas dejándo aligerar la pena que me oprime y la furia que me delata.
Y mi fuente de sal se junta con las aguas que chocan formando rastros infinitos de mi amargura.
Te reclamo por que mi mirada es cegada por la muestra mas profunda de tu amor. Y te transformas pero no desapareces, solo te escondes entre el alba y te encuentro en los ocasos más delgada y más arrogante.
Te reclamo sin razón de ser la unica que brilla en mis inviernos y primaveras cuando el oxigeno se apaga de a poco y tu rastro se lleva mi morada.
