Pa' delante

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-¡¿Seis?!

Muy bien, ahora sí que mis pecados están siendo cobrados. Ya valí verga, literal.

-Joven Matth, ya hemos hablado de esto, ¿tan mal profesor soy?- preguntó divertido

-¡No es eso!, simplemente no se me da geometría, Profe.- trate de excusarme

Hola, mucho gusto soy Matth un joven estudiante de 17 años bastante común, cabello y ojos marrones, de estatura promedio, delgado (bastante escuálido a mi parecer), 0% popular, nada fuera de este mundo.

-Creo que no te vendrían mal unas asesorías- comentó sonriendo

El súper bombón que tengo aquí enfrente, es mi queridísimo profesor de los números malditos: Samuel Wolf. Todo un modelo, cabello azabache, ojos negros como la noche, de gran estatura, con un asombroso cuerpo tan dominante y ni que decir de esa sonrisa moja bragas.

Es perfecto.

-Ni de broma lo diga- renegué, todo menos eso.

-Lo estoy pensando seriamente, pequeño- dijo finalizando la charla

Me dirigí a mi lugar, al lado de la ventana en el cuarto asiento, tranquilidad ven a mi.

-¡Hey!, quita esa cara tan apachurrada que tienes- gritó mi amigo, Óscar.

-Es la única que tengo y no pienso quitármela- lo mire irritado

-Calmado amigo, ¿acaso tienes rabia?- dijo golpeándome con su codo en mi brazo.

-¿Acaso tengo cara de perro roñoso?,como me saca de mis casillas- pensé mirando a la ventana, no me encontraba muy feliz.

-¡Claro que no, chico rabioso!- sin previo aviso, se abalanzó sobre mi.

-Realmente no entiendo cómo eres mi amigo.

Óscar no se me quitaba de encima, es un profesional sacando sonrisas y sobre todo en molestarme, es una gran amistad la que tenemos. Lo que si hay que admitir es su popularidad con las chicas, es atractivo pero digamos que no es mi tipo.

-Jóvenes, sepárense.

Era ni más ni menos que el profesor Samuel que ahora se encontraba frente a nosotros, por un momento pensé que estaba celoso pues si las miradas mataran, pobre Óscar estaría lleno de huecos.

-Perdón profe, no se volverá a repetir- contestó mi amigo

-¿Donde ha quedado tu hombría?-pensé al verlo intimidado

-Eso espero muchacho- dio por finalizado, sin más se voltio para regresar a su lugar.

Si tan solo pudieran ver esa retaguardia, sería las más bella creación del mundo...

-Deja de verle el culo- susurro en mi oído

-¡¿Qué estás diciendo?!- susurre avergonzado

-Pareces quinceañera enamorada, ve por tu objetivo- dijo divertido, maldito.

-No sé de qué hablas, la única relación entre él y yo es la de "alumno- profesor".

-Pues eso lo piensas tú, pero yo creo que tu "bombón"- remarcó con los dedos- también está loco por ti- comentó mirando al techo

-¿Lo crees?- yo haciéndome ilusiones, cuando aprenderé...-agh maldita pubertad

-Quien no arriesga, no gana- me dijo mirando a los ojos- ahora escúchame muy bien hay dos opciones, la primera: te rechaza- tragué duro- o la segunda: que te corresponda y sean muy feliz como en las películas de Disney

¡Ya quiéreme profesor! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora