Eran los últimos días de estudio de Juliet, no paraba de pensar en el verano. Siempre que está en época de exámenes finales piensa en él, pero esta vez piensa de una forma distinta, en divertirse y dejarse de mañacadas, ella ha cumplido en abril los 16 y este es su verano.
Esta tarde le toca repasar las asignaturas que más odia: Física y Química e Historia. Menuda tarde le espera, a no ser que se ponga a vomitar del asco que le tiene a esas asignaturas y a los profesores que las imparten.
Flashback:
Los amigos que tiene en su colegio no son como los de verano, los de verdad, son más falsos que un billete de 3 euros. Tú no le puedes decir nada a nadie porque si te descuidas ya se ha enterado todo el colegio, incluido algunos profesores. Allí son todos muy cotillas, Juliet lo que quiere es terminar ya y vivir su verano tan esperado junto a sus amigos, pero quiere vivir ese verano tan maravilloso que imagina con un amgio en especial, Liam, el guapo del grupo, el bueno al que le gusta el deporte, y se nota, ya que tiene un cuerpo que más de uno quisiera tener.
Juliet ha estado enamorada de él desde que se conocieron, siempre deseaba que empezara el verano para estar todos los días en aquella urbanización lujosa, en la cual los padres de sus amigos y los suyos tenían unos grandes apartamentos.
Siempre le gustó Liam hasta el año pasado, en el cual vino un chico nuevo al colegio. Ella era amable, le hablaba y quedaba con él para que no se sintiera solo como ella se sintió cuando fue nueva justo en aquel mismo colegio, pero no podía esperar más de aquellos alumnos pijos y amargados.
Y hablando y quedando con este chico nuevo, llamado Arthur, se empezó a olvidar de Liam. Ella necesitaba cariño y tenía la necesidad de experimentar qué se siente cuando estás de noviazgo o saliendo con una persona, eso ella no lo podía experimentar con Liam, aunque lo deseara mucho, ya que solo pasaba con ella tres meses al año y si saliesen esos tres meses, el resto del año lo pasaría mal y no sabría lo que él haría allí solo.
Arthur y Juliet empezaron a coquetear, hasta que un día en el que no paraban de tontear Arthur se lanzó y le dio un beso, ella no se lo esperaba pero como le gustaba no le rechazó, al contrario, le encantó, besaba con cariño y ternura, ella nunca había besado a nadie pero no le importaba si en aquel momento le besaba mal porque ya tendrá tiempo de aprender.
Después de aquel día estuvieron saliendo unos meses más hasta que aquello acabó.
Los motivos de la ruptura fueron porque Arthur tuvo que marcharse a otro país gracias al trabajo de su padre, aunque él ya estaba acostumbrado, lleva toda su vida viajando de país en país por aquello.
Decidieron romper porque una relación a distancia no iba a tener mucho futuro.
Fin del Flashback.
Son las 21:00 de la noche y Juliet está cansada de estudiar aquellas asignaturas tan odiosas, decide ducharse y ponerse el pijama, está cansada después de toda la semana estudiando y solamente quiere estar fresca para darlo todo en los últimos exámenes de mañana.
Son las 6:30am cuando suena el despertador. Juliet mira su iPhone 5, como todas las mañanas antes de ir al colegio, para ver si tiene algún whatsapp, y cierto, tiene uno, ¿de quién será? No se lo esperaba en absoluto, ¡era Liam! Pero ¿qué quiere a estas horas si en todo el curso le ha hablado? Le ha enviado un whatsapp deseándole suerte para los exámenes que tiene hoy.
Narra Juliet.
¡Qué mono que es! ¿Qué le respondo? Con un gracias y unos emticonos mandándole besitos bastará, no quiero ser pesada.
Bajé a la cocina en cuanto veo a mi padre preprándome el desayuno, nunca lo ha hecho, pero bueno, por una vez que lo haga no le va a pasar nada.
Me ha preparado unas tostadas de pan integral con mermelada de fresa y un tazón de leche con cereales, pero ¿dónde ha visto que desayune todo eso? ¿Qué quiere, que coja unos kilos nada más empezar el día?
- Venga cómetelo todo que es el último día, espero.
- ¿Cómo que 'espero'?
- Sí, espero que apruebes todo a la primera o si no te quedarás todo el verano estudiando aquí y no verás a tus amigos.
Ese comentario me ha dolido y mucho, ¿es que si suspendo, aunque sea una, me va a dejar aquí todo el verano sin ver a mis amigos que tanto tiempo llevo esperando ver? A este le ha dado algo.
Me ha puesto más nerviosa de lo que estaba aunque después me he tranquiliazado un poco.
Cojo mi mochila, y mi padre y yo nos dirijimos al colegio en su BMW de color negro. Normalmente siempre me ha llevado mi madre, pero desde que lleva dos meses trabajando en Alemania me lleva mi padre.
Llego al aula y me siento donde siempre. A mi lado está el empollón de la clase, a si es que si se me olvida algo ya tengo solucionario, y al otro una rubia que es pija a más no poder, ¡uggg cuánto la odio!
La profesora reparte el examen, no estoy tan nerviosa como imaginaba pero siempre te queda algo de nervios.
Empiezo a leer las preguntas y de momento me lo sé todo, hasta llegar a la última en la cual dice una serie de cosas que me suena a chino. Bueno por una pregunta no pasa nada, hasta que la profesora abre su asquerosa boquita y dice: ' La última pregunta cuenta 3 puntos'
¿CÓMO? ¿3 PUNTOS? Esta se ha vuelto loca.
Empiezo a escribir, evito mirar al empollón pero no puedo, lleva ya 5 folios y yo 2, espero que sea de la última pregunta.
Transcurridas unas dos horas el examen termina, ¡por fin! Solo me queda el último.
Ahora toca descanso de media hora. En el patio siempre me ajunto con las mismas chicas, aquellas que aparentan ser más sencillas pero, en verdad, siguen siendo igual de pijas que la rubia tonta de mi clase. Son majas y me río bastante con ellas pero solo las escogería para salir una noche, o varias, de fiesta.
Termina el descanso, ahora estoy más nerviosa que en el examen anterior, en este hay que hacer cálculos y eso se me da fatal, pero espero haber estudiado lo suficiente como para aprobar y que al menos me salga un cálculo bien.
La misma rutina de siempre: me siento en mi sitio, empollón a un lado y pija al otro, el profesor reparte los exámenes y empiezo a leer las preguntas.
La verdad es que no es tan difícil de lo que pensaba y empiezo a hacer cálculos y a responder preguntas de teoría. Odio el ruido de las teclas de la calculadora cuando todo el mundo las toca.
Termina el examen y salgo a la puerta del colegio a esperar que mi padre me recoja, no he tenido que esperar porque nada más salir él estaba esperándome, tan puntual como siempre.
Llegamos a casa y me pregunta cómo me han salido los exámenes y les contesto que bien, solo queda esperar a que mañana me den las notas y pueda vivir mi verano tan deseado.
