Dick pudo escuchar el familiar sonido de las patas grandes de Titus moviéndose sobre la duela del suelo a toda velocidad. Y en ese mismo instante, sintió que se le cerraba la garganta y que su corazón se apretaba de manera agónica en su pecho. Sabía lo que aquello significaba:
Damian acababa de llegar a la mansión.
Las voces se aglomeraban en el piso inferior. El acento inglés de Alfred, resaltaba al lado de la voz mesurada de Bruce. Dick salió de su habitación, llevaba puesto el traje de Nightwing pero se había quitado el antifaz, bajó las escaleras de la forma más silenciosa y lenta que fue capaz y se asomó al vestíbulo tratando de pasar desapercibido. Cuando miró a Damian, no hubiera sido capaz de moverse ni aunque lo deseara.
Damian Wayne se había marchado de la mansión siendo un adolescente, poco más que un niño y ahora estaba de vuelta como un hombre, ¡y que hombre! Más alto que Jason, la tela de su ropa se estiraba sobre la espalda más amplia que Dick hubiera visto alguna vez, había un balance elegante en su musculatura, la testosterona había hecho un trabajo envidiable con él, aunque siendo hijo de Bruce Wayne aquello era predecible.
— Nunca fuiste el mejor en las tácticas de espionaje.
La voz de Tim le hizo saltar en su lugar y de pronto se convirtió en el centro de atención. Bruce, Jason, Alfred y Damian, miraban en su dirección. Así que se vio obligado a componer una sonrisa divertida y ligera y salió de su lugar caminando hasta Damian. Las piernas le pesaban una tonelada mientras intentaba parecer casual. La radiante mirada verde de Damian sobre él, lo hacía sentir torpe y totalmente ajeno a sí mismo. Quizá así era como se sentía Superman con la kryptonita, quizá a Superman también se le doblaban las piernas y se le atragantaban las palabras.
Damian siempre había tenido un rostro agradable de ver, pero aquellos siete años habían terminado de pulir sus rasgos elegantes, había mucho de Talía en él, en sus labios llenos, perfectos y serios, sus pestañas oscuras también era una herencia de ella, y era difícil definir si la línea elegante de su nariz y sus pómulos altos, veían de la rama Al Ghul o de la Wayne. La genética era jodidamente buena con algunas personas.
Tim le clavó un codazo en las costillas para obligarlo a reaccionar.
— Hola enano —Decir aquello mientras tenía que levantar la cabeza para mirar a Damian a la cara, resultaba bastante fuera de lugar— Ya no eres un enano ¿uhm? —Dio un paso adelante con la intención de atrapar a Damian en un abrazo, pero el hijo de Bruce le dio la espalda de inmediato y se agachó para acariciar a Titus.
Dick se sintió como si acabaran de darle una bofetada. Él siempre había sido el favorito de Damian, era una cosa implícita, él estaba en el número uno de la lista, luego Bruce, luego Alfred, luego Titus, luego Jason y al final Tim. Así que aquel desplante lo tomó totalmente por sorpresa.
Bruce se aclaró la garganta para atraer la atención sobre si mismo.
— Damian ha vuelto a casa bajo la condición de que se mantendrá lejos de los negocios de la familia.
— ¿Empresas Wayne? —Jason preguntó desde su lugar en el sofá individual de la sala.
— El otro negocio de la familia —Bruce respondió haciendo un énfasis en las palabras.
— tt — Damian chasqueó la lengua.
Aquello hizo sonreír a Dick, pero la mirada verde huía de él— ¿Estás diciendo que Damian no va a poder patrullar con nosotros?
—Estoy diciendo — Respondió Bruce— Que Damian tendrá que demostrar que es digno de confianza una vez más. Y mientras tanto, deberá mantenerse al margen de la vida nocturna de los miembros de esta familia.
Tim se cruzó de brazos. No era que tuviera una fuerte predilección por defender al menor de los Wayne, pero la decisión le parecía más que severa. Una parte importante de la vida de Damian, siempre había sido ser Robín, claro que ahora no lo imaginaba vestido del chico maravilla, saltando de tejado en tejado. Damian tenía todo el equipo para tomar el manto de Batman, pero Bruce seguía portándolo. Así que, desde su perspectiva, Damian había vuelto a un entorno donde ya no había un lugar para él.
— Me haré cargo de la compañía— El tono de la voz de Damian, envió un corrientazo de placer eléctrico por todo el cuerpo de Dick —Asumiré el puesto como presidente de industrias Wayne.
—Tienes acento... un ligero acento parecido al ruso —Dick comentó curioso, pero de nuevo fue ignorado por Damian quien levantó su maleta del suelo.
—El viaje fue muy largo, Padre. Me gustaría ir a descansar.
Bruce asintió.
— Déjeme ayudarlo con su equipaje, joven amo Wayne.
— Ni lo sueñes, Pennyworth. Ya no tienes la edad —Damian afianzó el agarre sobre su maleta, y se marchó con Alfred a su lado y con Titus siguiéndolo emocionado.
Bruce parecía complacido, era obvio que estaba contento por tener a su hijo de vuelta. Tim ya estaba escribiendo algo en su teléfono celular, posiblemente contándole todo a Conner.
— El enano se tomó sus vitaminas durante estos años ¿no? — Jason se había levantado y se había acercado a él, le dio un empujón con su hombro para llamar su atención, pues seguía con la mirada clavada en el sitio por donde Damian había desaparecido.
— No digas tonterías, Jay. Sigue siendo mi baby bat —El ligero temblor en la voz, lo traicionó— Solo que parece... odiarme un poco.
— A mí me parece que te odia, mucho. Pero también me parece que se ha convertido en el tipo de cabrón con el que te gusta enredarte.
Dick rodó los ojos— ¿Ah si? ¿Cómo son esos sujetos?
— Grandes, con problemas de ira y fastidiosos.
— ¿Cómo tú?
— Como yo —Jason sonrió con suficiencia— Ten cuidado, Dick, no vuelvas a meterte en problemas por él.
Dick suspiró, no era muy bueno manteniéndose lejos de los problemas, y tampoco lejos de Damian.
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Leviatan
FanfictionA los catorce años, Damian es exiliado de la familia Wayne por asesinar a un hombre. Siete años después, convertido en un hombre, vuelve a la familia bajo la condición de que no puede volver a ser parte de los negocios de Batman y sus ayudantes. En...