Capitulo Uno

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Otro dia mas,en el cuartel.Me agrada este sitio,puede que fuera un poco lugubre pero tanto tiempo aqui una se acostumbra.Pensaran que por ser la hija del general tenga algun tipo de privilegio pero no,todo lo contrario.Mi padre me presiona mucho y espera mucho de mi,tanto que me quiere ascender pronto a un cargo mayor y para ello devo estar a la altura.Son las seis de la mañana y hace una semana que empezo el curso.Abro los ojos y lo primero que veo es la litera de arriba.Hay que tener cuidado por que nos un poco bajas y si te levantas de golpe puedes darte un buen porrazo,lo cual es facil teniendo en cuenta que se nos llama con una bocina.Estoy en el ala de las chicas y soy la unica que se levanta antes del toque pero por que tiene sus privilegios.

Me detapo y de un impulso me levanto,bostezando y frotandome los ojos.Todas mis compañeras duermen aun ,por lo que intento ser lo mas silenciosa posible al abrir el baul.Cada una tiene uno donde se guardan todas las pertenencias.Saco una toalla y ropa interior,asi como el uniforme y me dirigo a las duchas.El agua relaja mis musculos a la vez que los activa.No me gusta madrugar pero lo peor es tener que esperar cuando nos llaman y con las prisas no poder disfutar.Salgo me seco y me pongo la ropa.Me dirijo al unico espejo que hay,otro de los problemas cuando todas se quieren mirar.Y no somos presumidas ni mucho menos,pero entre una que se quiere poner las lentillas, otra que tiene un grano, la otra una pestaña en el ojo,en fin...Termino de peinarme y me coloco bien la chaqueta.

Cuando salí de la ducha estaba tan relajada que apenas me di cuenta que uno de los generales ,obviamente de menor rango estaba entrando a el lugar así que choque con él de bruces.

- señorita Winston,como siempre madrugadora ,así me gusta-

- sí señor- me dirigi a mi cama y cuando ya no me veía rodee los ojos.Las chicas dicen que está coladito por mí pero yo no lo creo y si lo estuviera, la verdad importaria. No estoy aquí para chicos, sino por mi trabajo y futuro profesional y para que al menos mi padre se sienta orgulloso.

Me tape los oidos cuando note que el general Roberts tenia en mano la bocina.

Apreto el rojo extremo de plastico haciendo sonar al orrible aparato.Todas las chicas se levantaron de golpe y se escucharon un par de golpes por parte de las chicas novatas que aun no estaban acostumbradas.Mientras yo me dedique a haces unad flexiones para ir calentando un poco.

-Una,dos,tres-dos minutos mas tarde-cuarenta y nueve y cincuenta-me levante facilmente como si no fuera nada.Ya estaba acostumbrada y cincuenta flexiones no era nada para mi.

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2014 ⏰

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Hasta que la guerra nos separeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora