Segundo round.

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Un agudo dolor estalló en la comisura del labio, sintiendo el sabor metalico de la sangre. Su pierna cedió, desplomandose en el ring.

Su contricante, aún no satisfecho, se abalanzó sobre él, impactando su puño en su sien izquierda.

-Suplicaras que termine contigo, McFlox...-el siseo escalofriante de Aaron, causaron que parpadee aturdido, observo el rostro de este, salpicado de sangre, su sangre.

Aaron, sin compasión alguna, lo golpeó hasta dejarlo al borde de la inconsciencia. Hasta que, de pronto, el ataque cesó.

Su mirada se perdió y los sonidos se tornaron distantes. Su furia se incrementó, realmente quería que Aaron acabará con él. Su mente, tan destruida por aquéllas voces de su pasado, súplicaba por un final a aquélla tortura.

Unos brazos lo sujetaron y levantaron sin delicadeza alguna. Supuso que sería su entrenador.

Tosio sangre, y pestañeo tratando de enfocar su vista. Cuando lo logro, su mirada recorrió el público. Las personas gritaban eufóricas por el triunfo de su contricante, otros lo abucheaban a él, sus miradas brillando por el odio y el asco.

Era la misma mirada que veía todos los días en su reflejo.

Lo que sucedió a Lennox a continuación fue mucho peor, uno de los espectadores lo observaba con... compasión y lástima. La dueña de esa mirada era la mujer de ojos sensuales.

Pero cuando recordó lo que sucedió la última vez que recibió esa misma mirada, se quedo helado. Aquélla persona se encontraba ya... muerta.

Sus párpados comenzaron a pesarle y muy pronto la oscuridad reinó en su mente.

Susurros, gritos, y personas moviéndose a su alrededor fue lo que sintió al recobrar la conciencia. Su cuerpo era un mar de sensaciones. Inhaló profundamente y aisló un exquisito aroma de entre los miles que lo rodeaba.

Era vainilla y, tal vez, canela... afrodisíaco.

Giró  la  cabeza  hacia  el  lugar  de  donde  provenía el olor, y  vio a aquella mujer.

-¡No puedes hacer esto, Uilleam!-murmuró nerviosa, mientras que mordia sus uñas... un tic, tal vez, pensó él.

-¡Ya conseguiste lo que querías!-grito su entrenador, caminando por el cuarto-Y no te olvides el porqué estas aquí... no te metas en mis peleas, ni mucho menos con mis chicos.

Ella apretó sus puños con impotencia, y se marcho. No sin antes darle una última mirada compasiva y murmurar:

-Viniste a parar al infierno.

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2018 ⏰

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