Es irónico, que tanta oscuridad pueda arrojar algo de luz sobre los demás, cuando ni siquiera sabe como salir del pozo en el que se encuentra.
La gente suele ver a alguien sonriente, alegre, divertido, con ganas de vivir, vivo. Os revelaré un secreto, no lo estoy, mi cuerpo murió en septiembre, hace dos años, mi alma, se fue con el primer corte buscando una vida mejor, o quizá simplemente una vida. Desde entonces la rabia y el dolor recorren mis venas como alguna vez lo hizo mi sangre, pero se agotó, se cansó de salir al exterior con cada ataque de ansiedad, se cansó de tratar de cerrar una herida que horas más tarde volvería a abrirse, se cansó de mi cuerpo y decidió irse junto a mi alma, quién sabe dónde.
Ahora solo queda el vacío, vacío que solo llenan sentimientos y emociones negativas, vacío que destruye poco a poco, que duele pero no sabes como paliar, que crees que el dolor físico es más fácil de soportar que el emocional hasta que decides dejar de sentir, piensas que es mejor, no sentir implica no sufrir, pero te equivocas porque sigues sufriendo pero ahora no sabes qué sentimiento te está provocando ese dolor porque no sientes otra cosa que eso, dolor.
Ya no sabes qué hacer, antes alguna sustancia o alguna cuchilla te ayudaban pero ya no te queda nada, ni siquiera el fumar tranquilo en tu terraza te alivia. Me he convertido en una persona totalmente diferente, antes tenía sueños, ilusiones, ganas de hacer cosas, y ahora no tengo nada, por no tener no tengo ni ganas de llorar, simplemente de dormir y no despertar.
Pero otro día empieza, gente por la calle, pájaros, perros, coches, la vida comienza en la calle y no me siento con fuerzas de salir de la cama, aquí estoy a gusto, seguro, tranquilo... Pero tienes que salir, salir a ver a la gente feliz con sus familias dando un paseo con los niños y los perros mientras vas con la cabeza agacha, las manos en los bolsillos y música a todo volumen, si, no puedo salir de casa sin música, me agobio. Quizá sea mala persona, o quizá no sea ni siquiera una persona, no me gusta el resto de la gente, algunos me llaman borde, me considero directo, algunos me llaman amargado, yo me veo realista. Mi mente va a diez mil por hora mientras a mi cuerpo le cuesta dar un solo paso, mi cerebro analiza todo, todas las variables, todas y cada una de las personas con las que me cruzo, todo. Me voy tranquilamente a mi parque, sí, es mío, dado que es el único sitio al que no va absolutamente nada y en el que puedo estar solo escribiendo o dibujando, dejando a mi mente que suelte toda esa mierda que ha pensado durante todo el día.
Es duro no confiar en nadie, es duro no expresar nada, pero como voy a hacerlo si dejo salir una emoción y todo se desborda, me siento atrapado en mí mismo, desbordado, sin escapatoria, solo. Confía en alguien me dijeron, lo hice y me fallaron, me apuñalaron por la espalda, ahora tengo que tragar yo con todo, solo, sin contar con nadie, como solía hacer hasta que alguien me engañó para que me abriese, para poder destrozarme más de lo que lo hacía yo solo.
