Búscame, por favor.

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Eran las 5 de la mañana, aún no sonaba el despertador pero como todos los días él ya estaba despierto. La idea era estar en pie antes de que este sonara, era una carrera contra el tiempo. El perdedor se enfrentaría a la furia de Gran Torino y solo Toshinori sabía lo temible que este podía ser cuando llegaba algunos minutos tarde al entrenamiento.

Ya estaba listo para irse, tomó su bolso, su desayuno y emprendió rumbo a la playa para entrenar. La rutina era la misma de todos los días, correr por la arena, estiramientos y combates cuerpo a cuerpo. Pero ese día Toshinori no estaba atento, estaba con sus pensamientos en otro lado y el sensei lo sabía y en cada espacio que dejaba sin guardia este lo castigaba con  fuertes golpes de puño.

-¿¡Dónde tienes tu cabeza, renacuajo!?- preguntó Gran Torino duramente.
- Yo... No... No puedo concentrarme, lo siento mucho. - respondió apenadamente el joven.
- ¡¡Vamos muchacho, primero entrenamos, recuerda tu meta!! - le dijo el hombre lanzándose de nuevo al combate.

Había una razón para no estar concentrado. 

Cada día después de entrenar caminaba hasta la UA, siempre con su sonrisa que no se desvanecía ante nada ni nadie. 

No es verdad.
Hay un momento en que esa sonrisa se va, y se ve como ligeramente cambia a una expresión de preocupación e impotencia.
Hay una muchacha que él ve todos los días pasar, corriendo, como si arrancara de algo con su cara llena de angustia. 
Pero no se atreve a alcanzarla y preguntarle qué es lo que le sucede. A pesar de ir a la misma escuela nunca se ha topado con ella. Su instinto de héroe, de justicia y de ayudar al que esta en problemas ya florecía en él a pesar de su juventud. Y eso es lo que el quería para la joven, quería ayudarla. Así que haciendo caso al consejo de su maestro la buscaría durante el almuerzo, ya que después empezaban las del curso de héroes. 

La hora avanzaba lentamente hasta que por fin sonó el timbre. Salió a toda velocidad con destino al comedor. Buscó y buscó con su mirada, su altura le ayudaba mucho ya que a pesar de ser tan joven era muy alto. Hasta que por fin la vio y se acercó rápidamente a ella, pero sin parecer un desesperado.

-Hola, soy Yagi. Hace un tiempo que te he estado buscado. - dijo Toshinori extendiendo la mano en señal de saludo. 
- Hola, sé quien eres. Toda la escuela sabe de ti y estoy encantada de conocerte Yagi. - respondió secamente. - ¿Por qué o para qué me necesitas?-.
- Solo quiero conocerte, te he visto durante muchos días pasar corriendo, con tu cara llena de preocupación. Quiero ayudarte ¿me lo permites? - preguntó tímidamente uniendo sus palmas en señal de súplica, su corazón latía a mil por hora y su sonrisa era nerviosa, le costaba trabajo mantenerla.

- Uhm, no lo sé. Mis problemas no son tan grandes como las preocupaciones que puede tener alguien de la clase 1-A - le respondió con algo de resignación - pero si quieres ayudarme, está bien. Búscame, Yagi.
- Pero ¿dónde? ni siquiera me has dicho tu nombre - le reclamó mirando hacia el suelo con algo de vergüenza, como si allí estuviese la respuesta.

- Solo búscame - le dijo para luego perderse entre los alumnos que iban a almorzar.

El pobre de Toshinori quedó totalmente confundido, no tenía idea de su nombre o de como buscarla, pero iba a encontrar la forma de como hacerlo. Una vez que él se proponía algo no paraba hasta lo consiguiera. 

Con ansias esperó un nuevo día para volver a verla después de entrenar. Esta vez llevaba algo especial en su bolso.


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Hola a todos!

Es mi primera vez de este lado del teclado, si bien se ve un poco floja la primera parte afirmense que se viene bueno!

Para las masoquistas que amamos a Toshi ya saben que hay que poner el corazón duro!

Eso, bai!

Detrás del #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora