Después de ese incómodo momento de sus miradas matadoras, ambos se presentaron y comenzaron a hablar entre ellos, al final Óscar se fue y Dimitri bueno, él siguió ahí en la sala, mientras yo iba a la cocina y me servía una copa de vino.
-¿me sirves una, porfavor?- pregunto dándome un susto horrible, creo que seguía en la sala
-¡Demonios!, Me diste un horrible susto- le reclamé tocando mi pecho
-no creo que a los demonios les guste que los nombren- dijo sonriendo de lado mientras yo tomaba otra copa del gabinete
- ¿Y tú cómo podrías saberlo?- pregunté con un toque de burla mientras servía el vino en su copa
-gracias, digamos que he convivido y han estado a mi a alrededor por mucho tiempo- dijo dándole un pequeño trago a la copa.
Estuvimos conversando y sirviendonos vino hasta altas horas de la noche como si fuéramos amigos de toda la vida.
A LA MAÑANA SIGUIENTE
Me levanté y me cambié para irme a trabajar, fui abajo a hacerme de desayunar, cuando veo que en la cocina está Dimitri con una playera negra que encaja perfectamente en su cuerpo y una pantalonera gris y con el cabello un poco revuelto.
Estaba haciendo hotcakes para desayunar, supongo que solo para el, entre a la cocina y lo salude y me comencé a hacer mi café.
-¿No quieres desayunar?- preguntó
- pensé que estabas haciendo únicamente para ti- dije sirviendonos el agua en la taza y buscando la leche para ponerle al café.
-no, es tu casa y el hecho de que me hayas acogido no significa que espere que tú me hagas de desayunar o cosas así, yo te ayudaré con la casa en lo que consigo lugar para vivir, en un rato más iré a buscar trabajo- empezó a servir los hotcakes en un plato, jamás había conocido a una persona que acomodara tan bien los hotcakes y los hiciera tan ricos.
Después de un gran desayuno fui a lavarme los dientes, me despedí de Dimitri y fui al trabajo.
El día en la empresa había Sido duro, sobretodo porque mi jefe me está encargando todo a mi, y claro como no, si yo fui la que lo rechazó para no ser otra de sus dos zorras que tiene como asistentes.
Fui a mis entrenamientos de natación, eso me relajo bastante y después regresé a casa. Al llegar ví la casa sola y una nota pegada en el refrigerador.
Hey Em, espero que no te moleste que te diga así, no llegaré temprano a casa, quizá no en toda la noche, conseguí un empleo en un bar de cantinero pero no te preocupes.
Pd. Te dejé la cena en el horno, cuídate.Después de sacar la cena del horno que por cierto era una pizza, bueno unos pedazos, me imagino que el se habrá comido algunos. Cené en mi habitación, mientras hacia el conteo en mi computadora de los gastos tanto de la empresa como en mi casa, al terminar fui a dejar mi plato y mi caso a la cocina, los lave y volví a subir a mi cuarto. Me puse mi pijama y lave los dientes, hice un chongo alto en mi cabello, cerré mi computadora, conecte mi celular y me fui a dormir.
Unos pitidos me levantaron, y claro se podría decir que fue mi alarma, pero no, es Robert, el vecino de la casa de enfrente, lleva todos los fines de semana a sus hijos a la alberca y siempre los apura con el claxon y por eso lo odiaba.
Me desperté masajeando mi cara de la frustración y baje las escalera para hacerme un café.
Entre a la cocina y me lo preparé, estaba apenas subiendo con mi café en mano las escaleras cuando tocan la puerta, fui a abrir y ví a Dimitri.
-hola, pasa, buenos dias- dije mientras me hacía a un lado para que pasará y cerré la puerta una vez que lo hizo.
-perdon si te moleste, o si te levante- comenzó a disculparse
-no te preocupes, tu no me despertaste, hay gente muy molesta en este vecindario- rei un poco y le di un trago a mi café.
-oh es bueno saberlo- dijo rascándose la nuca
-si quieres ir a descansar, yo tengo que terminar este café y bueno tengo que cambiarme para arreglar la casa- dije
-yo ahorita te ayudo, espera...¿Arreglarte para arreglar la casa?- pregunto confuso
-utilice una mala expresión, voy a ponerme más en fachas, para limpiar y no ensuciar mi pijama- dije riéndome mientras subía escaleras y me encerraba en mi cuarto.
Me termine mi café y busque unos shorts viejos y una playera desgastada.
Volví a recoger mi cabello en un moño alto, tendí mi cama, saque la basura de mi cuarto y lo arregle lo mejor que pude, salí con la taza en la mano, baje y la puse en a cocina, lave mi taza, limpie la cocina y justo cuando iba a lavar el baño ví que Dimitri lo estaba lavando, después de unas horas terminamos, digo no es una casa muy grande, ni muy desordenada pero jugábamos mucho y no acabamos rápido.
Realmente es como si fuéramos amigos desde la infancia, me agradaba y confiaba en el y sé que él en mi.
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Las Guerras Entre El Cielo Y El Infierno
RandomEmeraude Collins chica de 26 años de vida, bueno aquí no se podría decir que está muy chica, está comprometida con su novio Óscar, un buen muchacho sin dudar pero algo y alguien llegarán y algo muy raro sucederá para que todo lo que veía como su mun...