Hace algunos meses que no tengo una recaída más fuerte. Pero desde muy pocos días volví a sentir lo que yo sentía antes, como se estuviera todo de la misma manera.
Aún estoy lista y no he caído, las cosas no son fáciles pero ahora sé que también no son difíciles.
La vida me ha dado una persona que ya me hace feliz, alguien que creo y que me gusta.
Ya había dicho no soy de piedra, nadie es de piedra. Quizás la mejor medicina es llorar y sacar todo lo que ha de malo en ti.
Tenemos que intentar ser fuerte y dejar que el positivismo nos llenar de cosas buenas.