Capítulo 7

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Los primeros destellos de consciencia trajeron también el dolor e incomodidad de luz que la cegó cuando intento abrir los ojos. No sentía algunas zonas de cuerpo, mientras que otras parecían haber estado toda la noche en una mala postura. Descartó el pensamiento cuando los recuerdo se precipitaron en su cabeza.

La boda. La despedida. Abordar su auto y los faroles del camión que terminó por impactarse contra el costado de su auto. Y por último, el llanto angustiado de su pequeña hija.

Un accidente, habían sufrido un accidente.

El pitido de la maquina cardiaca se aceleró, al tiempo que el pánico recorría su inmóvil cuerpo, que parecía no responder. Un sonido ronco emergió de su pecho, sentía la boca seca.

―Tranquila, tranquila. ―Con inquietud miró a la dueña de la voz, que en ese instante le sujetaba la mano y se acercaba a la cabecera de la cama―. Estoy aquí, calma.

Con el corazón acelerado y sintiéndose impotente, se humedeció los labios intentando expresar la mayor de sus preocupaciones; su prima pareció entender su gesto y tomando un vaso del mueble junto a la cama, le ofreció el agua.

Apenas se humedeció los labios, su necesidad de líquido le hizo beber de prisa.

―Más despacio ―aconsejo certeramente, ya que una tos interrumpió su maniobra, obligándole a apartarse del vaso―. Debes tomarlo con calma.

No podía, necesitaba saber que había pasado con Mar. Le aterraba no saber, miles de imágenes invadían su mente, todas ellas con un panorama horrible.

―M... ¿Mar? ―consiguió decir, antes de que ella le obligara a ocupar su lugar sobre la camilla.

―Está bien ―aseguró con total confianza lo que hizo dejar escapar un pequeño suspiro―. Lo siento por estar aquí, perdí mi teléfono y hasta esta mañana me entere. ―Bien, eso quería decir que no había estado demasiado tiempo fuera de sí y que por lo tanto las lesiones no serían tan malas, a pesar de que su cuerpo parecía decir lo contrario―. ¿Cómo te sientes?

―Bien ―mintió, no dispuesta a volcar la atención sobre sí misma, lo principal era su hija―. ¿Cómo esta Mar?

―Por ella no te preocupes, está muy bien.

Eso era bueno. Cerró los ojos, dejando que su cuerpo se tomara un respiró y el temor retrocediera. Jamás se habría perdonado si algo le hubiera ocurrido, aunque no tenía demasiado claro lo sucedido, era responsabilidad por ir al volante.

―¿Está con Brent? ―Era lo más lógico, al no estar Camila en la ciudad, era el único que podía cuidar de ella―. Dale las gracias de mi parte, por cuidarla. Pobre de mi hija, debe estar asustada y extrañándome.

―Eh... ―La expresión de su prima no le gustó.

―Entiendo que no puede venir y no pasa nada, lo primero es cuidar de Mar.

Conociéndolo querría estar con ella, pero su hija era prioridad.

―Nax.

―¿Qué pasa? ―Le miró desconcertada, no era propio de ella dudar, ni lucir insegura.

―Uhm. Bueno, la cosa es que... Mar no está quedándose con Brent.

―¿Qué quieres decir? ―De nuevo el miedo le oprimió el pecho―. ¿Dónde está? Dijiste que ella estaba bien.

Si no estaba con él, ¿significa que estaba en alguna parte de aquel hospital? ¿Herida? ¡Dios!

―Cálmate, cálmate ―susurró tocando su brazo.

Out of Time *Primeros capítulos* Leer nota de inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora