Satisfacción [Hannor] [Hankor]

Satisfacción.

Dejó escapar el humo del cigarro al sentir como de un manotazo la colilla caía al suelo. Hank le tomó del cuello de la camiseta y le levantó, estampandole contra un árbol.

— Por favor.

Connor se limitó a mirarle en silencio, no sabía que estaba pasando. Lo último que recordaba era estar bebiendo en compañía del androide y ahora éste le miraba molesto en lo que parecía ser el parque en el que tuvieron su charla sobre que pasaría si Connor le disparaba a Hank.

— Tiene más humo que aire en los pulmones.

Oh, ya comenzaba a entender, era otro de esos momentos en donde el androide se molestaba con él por su adicción. Hank apretó más al más bajo contra el árbol, haciéndole soltar un gemido de dolor. Connor le miró y sintió como su corazón se detenía un momento.

El androide tenía su LED de color rojizo, el entrecejo fruncido, sus ojos azules brillaban con intensidad.

Connor comenzó a sentirse nervioso por tener a Hank tan cerca de él, sus manos comenzaron a sudar y sus mejillas se enrojecieron.

— Teniente.

— ¿S-si Hank?— miró a su lado, tratando de distraerse de los ojos azules del de cabello blanco.

— No quiero que muera joven por algo tan estúpido como un cáncer de pulmón— su voz sonaba seria, pero Connor podía distinguir preocupación en el habla del androide.

— No moriré joven Hank, de eso puedes estar seguro— dirigió finalmente su mirada a los ojos color cielo del androide dedicándole una sonrisa, de esas que volvían loco al androide y le recordaban lo maravilloso que es ser divergente.

Aflojó el agarre de la camiseta del oficial y le besó, haciendo que el castaño se sorprendiera un poco y correspondiera casi de inmediato.

Siguieron besándose por un rato, dando pausas para el más bajo pudiera tomar aire.

Cuando regresaron a la casa el pequeño poodle del teniente fue ignorado por la pareja la cual a tropezones y besos se dirigió a la habitación que compartían.

Connor sentía que el pantalón comenzaba a molestarle, pero trataba de concentrarse en los besos que el androide le propinaba y no en la excitación que sentía a consecuencia de éstos. Se separó un poco al sentirse ya algo ahogado y falto de aire, no quería quedar con las ganas de algo más como el resto de veces en las que habían estado en la misma situación. Hank dirigió su mirada a él.

— C-creo que deberíamos detenernos aquí— Connor le propinó un beso en la mejilla y se retiró al baño.

Hank pudo notar aquél bulto en las piernas de el humano, se sintió mal, él no podía satisfacer su pareja, no tenía los métodos, carecía de pene ya que no era esencial para cumplir su propósito.

Acarició la superficie plana entre sus piernas y dejó escapar un suspiro, frustrado por su propia anatomía.

Se dejó caer en la cama mientras oía los suaves jadeos que provenían del baño. Siempre los oía después de las sesiones de besos, oía su nombre en jadeos, se dejaba deleitar con la voz del hombre que amaba gimiendo bajo, creyendo que el androide no iba a escucharle.

Cerró los ojos un momento, sintió un peso leve a su lado, suponía que la mascota del teniente se había subido a la cama nuevamente.

— Abajo, sabes que a Connor no le gusta que te subas.

Sintió como el perro le daba lamidas  en la cara, a lo que abrió los ojos para apartar al animal de él. Escuchó el sonido del agua caer y chocar contra el suelo del baño. Fue a sacar ropa para el humano, no le gustaba que se paseara desnudo por toda la habitación, sobre todo en invierno.