Borro cassette [SooKai/KaiSoo]

¿Yo te...

Gira la manija y obtiene un primer plano de KyungSoo de espaldas, por lo menos ahora esta medio vestido, trae los pantalones y zapatos pero ninguna camisa.

— Aquí está tu celular— habla para despabilar al otro.

KyungSoo lo encara lentamente y hace una mueca en un intento de empatizar.

— No sé cuál es tu nombre— No le da las gracias y parece rendirse en cuanto a formar un lazo post sexo.

— JongIn— le informa.

Un intento de sonrisa vuelve:
— Si ya sabes, hicimos eso ¿por qué mmm... no me siento mal?—.

A pesar de ser algo realmente incomodo lo está llevando bastante bien a comparación del salvaje sonrojo de JongIn.

— Seguramente por la misma razón que mi trasero duele como el infierno, KyungSoo...

No se esperaba esa respuesta. En el estado de shock que se encuentra es inevitable no mirar su torso. Tiene ligeras marcas de continuos abdominales posiblemente por el judo, así como puede jurar que su pecho nunca ha sentido el sol en directo, pero lo más significativo son esas pequeñas marcas purpuras adornando su cuello y estómago. Recuerda sus propias marcas sobre la piel.

— Mmm, perdón se que no es gracioso...

No debe siquiera por qué disculparse si fue él la víctima en esto.

KyungSoo sacude su cabeza en negación.

— Estas diciendo que yo te...

— Eso mismo.

— Oh...

No sabe cómo abordar el tema de implorar clemencia para que su novio no lo utilice como saco de box.

— ¿Aún estoy en la casa de Oh Sehun, no?— pregunta añadiendo énfasis a la habitación de un niño de preescolar.

JongIn está decidido, lo dirá directamente. No tiene otra forma, inhala y suelta todo.

— Viniste ayer a la fiesta, te intoxicaste con algo, no sé qué cosa, y yo estaba bastante ebrio también. Sucedió, de algún modo, no lo recuerdo ¿y tú?

El otro le da vueltas a la habitación tratando de hacer memoria, dura unos cuantos segundos. Mira a JongIn, parece atravesarle el alma, termina por negar.

— Dejemos esto entre nosotros, ya sabes... tu novio, no quiero ser golpeado...

— ¡Mierda, mierda!— Al parecer KyungSoo había olvidado por completo a Wu YiFan, ganador de tres campeonatos todos por nocaut, pero no para JongIn; era imposible sacarlo de su mente—  ¿Drogado? joder...

KyungSoo debía priorizar los hechos.

El timbre de un celular inunda la habitación. JongIn se lo entrega al dueño.

— ¡¿Cómo carajo me dejaste dormir fuera de casa?! Desaparecí una noche y mitad del otro día Yixing, no, no, escúchame a mí, puedes irte despidiendo de quedarte en mi departamento ¡me importa una mierda! ¡Me cogi a un extraño, pedazo de unicornio drogado más te vale traer tu trasero aquí ahora mismo!

JongIn trata con todas sus energías no ofenderse. A nadie le importa sus sentimientos y trasero.

Cuando cuelga se encuentra con un rostro rojo, apuesta que por la ira.

— ¿Puedes darme una camisa?

JongIn sale directo a la habitación de Sehun y busca una polera pequeña. Se la lleva al hombre pretencioso y bipolar, agresor de traseros.

Sale inmediatamente para concluir su tortura. KyungSoo lo sigue en silencio.

Los chicos los miran como recién casados.

— Hay más personas aquí abajo, maravilloso...— se queja nada discreto.

— ¿Esa es mi camisa?— pregunta alguien pero es ignorado olímpicamente.

— Ah...— rasca su nuca nervioso dudando que hacer.— Ellos son Sehun, Junmyeon, Luhan, Tao y MinSeok.

— A Sehun lo he visto varias veces rondando por el estudio de baile...

— Sí, es algo así como un hobbie— declara el nombrado.

Los otros chicos saludan a KyungSoo y el ambiente se vuelve incómodo.

— ¿Quieres comer algo?— pregunta Luhan.

— Supongo...

Comen en otro profundo silencio. KyungSoo luce pensativo, JongIn se aleja lo más posible escondiéndose detrás de MinSeok.

Pasan media hora de la misma forma hasta que el timbre resuena en un profundo eco.

Junmyeon abre y un cansado Yixing lo sigue hasta la sala.

— ¿Dónde está mi pingüino?— pregunta con una gran sonrisa.

— ¡No me molestes!— grita el otro en respuesta.

El unicornio se avalancha sobre él, rodeando su cuello con los brazos sin embargo KyungSoo es mas rápido, dotes de atleta, y lo detiene con una mano pero como si Yixing supiera leer sus movimientos lo toma por la muñeca y con la otra mano libre se acerca.

— ¿Pero que tienes ahí?— Toma su cuello con brusquedad— ¿Eso es un chupetón, KyungSoo? Kris se va a dar un balazo, el hombre.

— ¡No me toques!— Lo aleja desequilibrándolo— . Vámonos ya.

En un rápido movimiento lo jala hasta la puerta sin mirar atrás. Yixing hace señas de adiós a los chicos e incluso les manda besos y los dos desaparecen tras la cortina de luz de una puerta abierta.

— Que pingüino más agradable. Buena elección JongIn.

Esta vez no puede quejarse por la broma o emitir algún sonido, se ha quedado sin palabras.

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