Quédate conmigo.

7.2K 101 33
                                    

1. La noticia.

Camino por la orilla de la playa en busca de algo de soledad. Después de esta noticia lo que menos quiero es estar acompañada.

Mis padres se divorcian, y lo que es peor... mi madre se niega a quedarse con mi custodia y se la da a mi padre. ¿Cómo es posible eso?. ¿Qué madre deja a  su hija a la suerte de un hombre que lo único que hace es beber? Por más que lo pienso no encuentro sentido a esta situación, sólo quiero desaparecer de este mundo, en lugar de pensar lo que me espera cuando nos vayamos mi padre y yo.

Miro el reloj. Las ocho de la tarde. Miro por última vez el azulado mar y me despido de su cálido olor para sumergirme vete tu a saber donde.

Camino despacio de nuevo hacia casa, he estado fuera una hora más o menos. Cuando entro, mi sorpresa es aún mayor cuando veo que mi madre me tiene preparada hasta la maleta. La miro desesperada en busca de una respuesta en sus ojos, pero lo único que consigo ver es el vacío de su mirada que pronto se desvía de la mía.

- Bueno, ya está todo Daniella. - Farfulla mi padre, que ya lleva un par de copas de más.

- Muy bien, llamaré a un taxi, creo que no puedes conducir. - me limito a decir mientras me dirijo al teléfono.

De repente me acuerdo de alguien a quien voy a echar de menos. Siempre he sido muy solitaria, no he tenido las típicas amigas que traes a casa, aunque la verdad que para ver el panorama que había aquí, a sido mejor así. Pero a él... a él lo voy a echar mucho en falta.

En cuanto termino de pedir el taxi, marco su número y me voy a la cocina para tener un poco de intimidad.

Un tono. Dos tonos. Tres tonos. ¡Tiene que estar en casa! No puedo irme sin por lo menos haberme despedido de él. En el quinto tono desisto y cuelgo. Me inunda la tristeza porque no puedo despedirme de él.

Pienso un momento y aunque sé que es muy probable que mi madre no lo haga, subo a mi habitación y le escribo una carta a Axel.

"Hola Axel, no se ni si quiera si mi carta te llegará, pero necesito decirte que me voy de la ciudad. Mis padres se han divorciado y me lo han dicho hoy de repente, mi madre no quiere mi custodia así que me voy con mi padre a algún lugar. Te he llamado, pero no habia nadie en casa, voy a hacer todo lo posible para que nos encontremos. Espero que este año pase pronto. En cuanto cumpla los dieciocho seré libre y podré hacer lo que quiera. Un abrazo muy fuerte. ¡Nos vemos!"

La dobló con cuidado y la meto en un sobre que encuentro en uno de mis cajones ya medio vaciados por mi madre.

Bajo de nuevo al piso inferior y veo a mi padre saliendo por la puerta a trompicones con dos enormes maletas a cuestas. Le ayudo con las demás cosas restantes y cuando ya está todo dentro del taxi me giro para mirar a mi madre y me dirijo a ella muy seca:

- Necesito que entregues esto a un amigo. Vendrá en unos días y preguntará por mi.

No digo más. Ni si quiera me despido de ella, estoy demasiado cabreada.

Me meto en el taxi. y aprovechando que mi padre se sienta en la parte de delante me acurruco en una esquina y me echo a llorar.

Despierto jadeante después de tener una pesadilla, miro a mi alrededor, estoy sentada, todo oscuro, sigo en el taxi. Me revuelvo en mi asiento y pregunto cuanto llevamos de viaje. Tres horas, es la respuesta. No sé cuanto queda, pero tampoco lo pregunto. Sólo echo la cabeza hacia atrás y me dejo llevar por mi imaginación.

Tenía tantas ganas de ver a Axel...

Axel y yo éramos compañeros del colegio, a pesar de mi timidez y mi introversión el se ganó mi confianza. Cuando teníamos nueve años se mudaron de ciudad y no volví a verlo más. Mantuvimos el contacto por carta, una carta al mes, durante ocho años. también nos llamábamos por teléfono de vez en cuando. En la última carta me explicaba que volvía a mi ciudad, y que lo primero que haría seria verme. Me puse tan contenta que parecía flotar. Axel iba a venir.

Quédate conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora