Capitulo I

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Tengo la extraña sensación de que esto ya lo viví. Igualmente a Dulce no le importa que el sonido este a reventar, ya lleva más de cuatro copas y ahora esta bailando con un chico que ni conoce. Es asqueroso como pueden pasarse saliva y aún así no perder la postura.

Dos chicos me han invitado a bailar pero los rechazo porque no se bailar. ¿Por qué ir a una fiesta si no sabes bailar? Ah pues porque tengo una amiga borracha que no se sabe cuidar sola y sus padres siempre me la encargan. No vine aquí para buscar chicos, estoy aquí para cuidar de mi amiga.

El Martini que me sirvieron hace una hora ya no tiene sabor. Lo perdí cuando tres chicas bebieron de mi vaso. Asqueroso.

Me dije que esta sería la última vez a la que iba a una fiesta. No aguanto a los tipos borrachos asquerosos y sobretodo a las tipas que pierden la conciencia y van y se meten con el primero que les llaman bonito. Boberías. Aunque es normal. Esta juventud loca trata de hacerme creer que es normal. Pero lo que no creo que sea normal es que un tipo lleve tres horas mirándome. Me incómoda y aunque le hago creer que no estoy interesada sigue mirándome. Sus ojos son rojos y no creo que sea por alcohol. Esta justo ahí. Parado bebiendo una cerveza mientras que una chica le hace caritas y juega con su camisa apenas abotonada. Idiota. No sabe que el no la esta prestando atención. En fin, ya me quiero ir y solo estoy esperando a que Dulce se digne en ir a buscarme.

El chico aparta a la tipa de un empujón y cuando se acerca, esta empieza a refunfuñar hacia el. Una sonrisa se forma en mi rostro pero desaparece al instante en el que el tipo esta enfrente de mi.

-¿Qué es tan gracioso?.- pregunta.

-Apartaste a esa chica sin más.

-Oh, ella. Era frustrante. Le dije que no estaba interesado en ella, pero no se apartaba de mi.

-Chica tonta.

-Si, bueno yo estaba interesado en otra persona desde que entró en esta fiesta.

Sus ojos ya no estaban rojos, si no mas bien de un negro muy potente que fácilmente podría perforarte sin ningún problema.

-Oh valla, ¿y quien es?.-pregunté.

-Es alta, tiene ojos verdes y su pelo no es exactamente claro ni obscuro. No se, esta vestida de la misma forma que tu.

-¿En serio?. Valla. Oye, eso de coquetear conmigo no te va a funcionar, no después de que hayas besado a no se cuantas chicas y hayas tomado no se cuantas cervezas.

-¿Coquetear? Eso no es lo mio. Además, no he besado a alguien desde hace mucho tiempo. ¿Beber? no hace falta. Jamás me he puesto borracho.

-Jaa. ¿Y por que están interesado en mi? hay mas chicas lindas que están babeando por ti. Solo míralas.

El chico volteó a ver a las tres rubias que estaban al otro lado de la barra. Les dedico una sonrisa y ellas parecían derretirse. ¿En serio?

-Ellas no están interesadas en mi.

-Oh no, que va.

-¿Entonces, quieres salir afuera?

-Si, vamos.

Mi amiga ya no estaba y probablemente se haya olvidado de mi, como siempre. El patio olía a humo y había mas de dos parejas besándose como si no hubiera mañana. Los miré con asco y al hacerlo el tipo rió.

-¿Cómo puedes estar asqueada de dos personas que se besan.?

-¿Estas demente? Apuesto lo que sea a que ellos ni se conocían hace unas horas. ¿Para que compartir tus labios con alguien que apenas conoces?

-Bueno, cada quien. Un día se arrepentirán por besar a personas que nunca volverán a ver.

-Exacto.

Aun no sabia el nombre del tipo pero la verdad es que ni me interesaba, al fin de cuentas, no lo vería de nuevo.

Sacando un cigarro de su chamarra, lo prende de forma rápida y no le interesa el hecho de que este ahí. Odio el olor a cigarro y me incomoda que lo hagan. Cuando lo hace, logro alcanzar un tatuaje en su mano de un ave. Se me hace muy familiar.

-¿Quieres?.-pregunta.

-No quiero intoxicar mi cuerpo más de lo que ya esta.

-La misma de siempre.-murmura casi para si.

-¿Qué?

-Nada.

No decimos nada pero no me interesa estar en estas situaciones. Si fuera otra chica, probablemente estuviera nerviosa por saber que decir. Al tipo tampoco le importa y mientras me mira, me agacho para atar mis tenis, y una vez que lo hago, dos tipos se acercan a nosotros. Amigos de el, supongo.

Uno es moreno y con barba al igual que el tipo a mi lado , y el otro es mas castaño. Su piel es blanca y contrasta con sus ojos miel. Tiene unas pestañas largas y al momento que me mira puedo sentir como el mundo se para. No es mas que otro chico, pero parece estar tallado por los mismos dioses.

-Tenemos que irnos.- habló el chico.

Tal vez fue su forma de hablar o la sexy voz que producía lo que hizo que mi piel se pusiera chinita.

-Esta bien.- respondió el tipo de a lado.

Girándose a mi , me volteo y sus ojos parecían querer tornarse de rojo. Pude sentir que el miedo comenzaba asomarse por mi piel y cuando sonrió, mi cuerpo atravesó por un escalofrío que hizo enderezarme. Daba miedo su mirada.

-Nos vemos Caterine.

Quedé en shock cuando dijo mi nombre. ¿Cómo lo sabía?

-Lo leí en tu suéter.- dijo como si leyera mis pensamientos.

Mis músculos se relajaron pero quedaron alarmados cuando me olvide por completo que mi madre siempre bordaba mis suéter por detrás. ¿Qué estaba mirando?

-Adiós.- respondo.

El chico apaga su cigarrillo en su chamarra y lo avienta al suelo como si nada. Se va sin más y el tipo que me había cautivado siguió ahí. Me sonrió y pude ver unos dientes hermosos.

-Adiós.- se despide mi.

-Adiós.-respondo

Sale disparado una vez que sus amigos salieron y otra vez, vuelvo a estar sola.

Miro mi reloj y decido buscar a Dulce.

Me adentro a la fiesta nuevamente y estando ahí busco a Dulce. Me sumerjo entre la multitud que esta a mi al rededor y cuando intento subir a las escaleras alguien me toma del brazo y me gira para mirarme de frente.

-Alejate de él.- dice.

Me cuesta un momento descubrir quien es esta tipa, pero sus pestañas postizas la delatan.

-Yo no quiero a ese tipo.- aclaro.

-Me rechazó. Nadie lo ha hecho y el es el primero.

-¿Y a mi qué?

-Es mio. Yo lo vi primero.

-A mi no me interesa , de eso no te preocupes.

Me safo de su agarre y vuelvo a mi búsqueda inicial. Yo no estaba interesada en ese tipo, yo estaba en su amigo.

Busco por los cuartos y cuando llego al ultimo , una imagen desagradable encuentro por mis ojos.

-Qué diablos...

Entre el Ángel y el DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora