Se despertó más temprano de lo habitual.Sentía ese sentimiento extraño de una inmensa angustia, desesperación, ansias y un vacío en su corazón.
No sabía lo que era ni lo que se trataba pero es aterrador.
Se tomó el tiempo suficiente para bañarse, prepararse un desayuno decente y ponerse ropa nueva.
Lo tenía todo listo.
Al salir de su departamento, su mirada se topó con la puerta de al lado.
Se preguntaba si Takano-san ya había llegado.
Quería verlo, quería tocar su puerta insistentemente hasta que le abra, quería que él lo abrazara para que ya no se vuelva a sentir así.
Pero se contuvo, no podía hacerlo.
El camino al trabajo fue como siempre, esperó el tren que al entrar estaba lleno de pasajeros. Todo apretado.
Saludo cordialmente a los empleados de Marukawa, era el primero en llegar a la oficina.
Takano no estaba.
Una de las opciones es que esté aún dormido en su departamento.
O aún no sale de Kyoto.Con el paso del tiempo los demás empezaron a llegar, cada uno haciendo su respectivo trabajo.
Hatori como el sub jefe, estaba demasiado estresado por ese cargo.
Deseaba que Takano estuviera en ese momento. ¿Cómo Takano podía con todo esto?
-Ah, maldición.- Exclamó molesto Hatori.- Onodera acompáñame a la casa de una autora todavía no termina su trabajo y la entrega es en la tarde.
-¿Ahora?
-¡Sí! Ahora, le falta dibujar 13 hojas.
-¡¿Qué?!
Ritsu siempre se preguntaba ¿Cómo las autoras no pueden tener listo su trabajo a tiempo?
Odiaba eso de ellas.
Mientras se dirigían al ascensor, Hatori sacaba su celular marcando a la imprenta.
En todo el camino no dejaba de gritar pidiendo o mejor dicho suplicando que le dieran plazo hasta la noche.
Onodera ya se imaginaba a los de la imprenta con una mirada aterradora y de desaprobación.
***❤❤❤***Exhaustos regresaron a la oficina, el reloj que se encontraba colgando en la pared marcaba las 5:50 de la tarde.
Se tiraron en la silla como si se tratase de una cama, Ritsu cruzó los brazos en la mesa y colocó su cabeza encima, por lo menos trataría de dormir durante 5 minutos.
Su paz iba a durar poco, Yokozawa entró a la oficina exaltado, notoriamente molesto.
-¡Masamune!- Gritó.
-Takano-san aún no llega, Yokozawa-san.
- Maldición. Hatori..
-No estoy. - Se fue al baño para evitar aquella petición, ya no estaba de humor para hacer cualquier cosa.
Yokozawa miró insignificantes a los demás necesitaba a alguien de esa área urgente, tenía que resolver un problema que se presentó en otros departamentos.
-Onodera.- Su mirada se posó hacia él.
Vió como el nombrado se levantaba de su asiento dirigiéndose hacía donde estaba.
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Hasta el más allá.
Random→Onodera Ritsu experimenta el dolor más grande de su vida. "La muerte". Pero no la de sus padres o de sus familiares, si no del ser que amaba, del ser que le hizo experimentar las cosas más lindas de su vida. Takano Masamune. ★Segunda historia que p...