El día en que Spidey cayó en mis redes.
(CAPÍTULO ÚNICO)Otro claro y soleado día en la ciudad de Nueva York: yo me como una rica chimichanga, las palomas vuelan buscando cabezas sobre las que descargar sus excrementos, los atascos se forman entre la gente que va a la oficina a fingir que les interesan sus trabajos, y Lobezno estará haciendo cosas de hombre atractivo.
(Cosas como mirarse al espejo y admirar sus abdominales, por ejemplo)
Pero no estoy aquí para hablar de Lobezno…
(Aunque admito que es un tema muy interesante del cual hablar, la vida debe ser muy fácil cuando eres el mito erótico de miles de mujeres —y hombres, panda de viciosos—)
…estoy aquí para contaros una historia: la historia de cómo Spidey cayó en mis redes.
(Ay, ay, meted ahora un efecto a lo cortinilla de estrella o destellos de purpurina, ¡me encantan!)
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.Veréis, todo empezó esta misma mañana.
Blind Al había salido a hacer la compra (¿creo?), lo importante es que había salido dejándome en casa solo y aburrido —muy aburrido de hecho, no echaban nada bueno en la tele y no conseguía entretenerme ni siquiera cascándomela, ¡imaginad si estaba aburrido o no!—. Así que pensé «¿por qué no traigo compañía?», y eso hice.
Después de descartar a las putas y strippers más populares de la ciudad pensé en alguien, y pude traerle por cosas del teletransporte.(Una pulsera que brilla desde mi muñeca, también es útil en los apagones cuando no encuentro una linterna)
Unos destellos por aquí, brillos por allá y el increíble Spider-Man apareció. El problema es que no sé dónde exactamente, esta ciudad es enorme, aunque tratándose de Spidey debe estar trepando algún edificio —es una araña, ¿cierto?—. El caso es que, para mi sorpresa, fue él quien me encontró a mí, yo no tuve ni que buscarle. De hecho, apenas di unos pasos fuera de casa después de ponerme el traje.
—¡Wade! —sí, es él, le veo bajando por la fachada con una de sus telarañas como polea, una cosa muy rara que sólo puede hacer él—. ¿Me explicas qué estoy haciendo aquí?
—Ahora mismo bajas como Rapunzel a mis brazos, cariño.
—Esto tiene que ver con el teletransporte, ¿cierto? A ver, enséñame la pulsera —le tiendo la mano, luego la otra y descubre que no la llevo—. ¿Dónde está? —me alzo de hombros mirando hacia otro lado—. Wade, ¿dónde tienes la pulsera?
—No sé dónde está.
—¡¿Qué?!
—Bueno, realmente sí sé dónde está, pero no te lo pienso decir —le oigo resoplar y me echo a reír—. Así que, ¿qué tal si tenemos una cita los dos y…?
—No.
—Oye, oye, tu rechazo me parte el corazón, Spidey.
—Dada tu habilidad no tardará en sanar, ¿cierto?
Es lo que dice antes de largarse, levanta el brazo y una telaraña sale disparada hacia la cornisa de un balcón. Luego se balancea y empieza a columpiarse en el hilo de tela para trepar hasta la parte más alta. Y no pierdo el tiempo, saco unos prismáticos de Hello Kitty…
(Soy un mercenario con estilo, no lo comprenderíais)
…y alzo la cabeza para ver un traserito bien prieto trepando por las ventanas. No sé de quién fue la idea de que todos los superhéroes deben llevar mallas de lo más pegadas al cuerpo, pero me encanta. Y a mi bazuca más íntimo también parece gustarle bastante, puedo sentir cómo dio un respingo bajo mi traje.
Lástima que Spidey haya llegado ya arriba, privándome de este espectáculo para la vista que estaba teniendo. En fin, ya volverá, necesita la pulsera al fin y al cabo.
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el dia que spidy callo en mis garras
Fanfictionspidypool viaje por dimencion mucho lemon y humor esta historia no es mia simplemente la ley y me encanto y quise que tambien ustedes la disfrutaran no kiero el credito de ella ni nada de eso la autora tiene el nombre de flamigore disfruten esta b...