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–¿Bueno?...– La persona al otro lado del teléfono aclaro su voz.

–So... ¿Solar?– Byul hablo tímida.

–Si, ella habla. ¿Quién es?

–Moon...

–¿Moon Byul? ¿Amiga de la mujer de Hwasa?

–S-si, ella.

–Llamaste. Bien, anota...

–¿Qué?

–Busca un boli, un pedazo de papel y anota lo que te voy a decir.

–E-está bien.

Solar dicto una dirección a Moonbyul.
Y corto la llamada apenas terminar de dictarla. Mientras esto sucedía, Wheein, se encontraba con Hwasa.

¿Crear una personalidad para proteger otra? Esto es lo que se había obligado a hacer Kim Yong Sun.
Su vida se partía entre Solar y Yongsun.

Solar, eran como las espinas que trataban de proteger a una linda y delicada rosa. ¿La rosa? Yongsun.
Ella era la parte delicada, bondadosa y débil, a ella no le importaba dar todo de sí por ayudar a personas que lo necesitaban, claro, sin esperar nada a cambio, con la gratitud de la otra persona le era pago suficiente. Pero también era una parte débil, alguien fácil de herir y romper.
Por otro lado. Solar era como la armadura que se encargaba de proteger a Yongsun. Una persona fría, calculadora y fuerte, que se fue formando gracias al entorno en el que se desenvolvía... Un lugar de negocios. En el cual tenía que cuidarse de cualquiera, y no confiar en nadie.
Siempre buscando su beneficio.
Increíble, como dos personalidades totalmente opuestas podían coexistir en una persona totalmente cuerda.

[…]

–¡Ahhg! ¡Hyejin! ¡No es gracioso!

–¡Lo es!– Decía mientras se carcajeaba.

–Es hasta cierto punto romántico, pero no gracioso. 

–¿Cómo puede ser tu amiga tan tonta?

–Vamos Hwasa, ella ni siquiera conoce a Solar, solo a Yongsun.

–¿Y cuando se animará a llamarla?

–No lo sé, yo tuve que obligarla a tener la cita con Yongsun.

–Vaya, mi mujer siendo una cupido.

–Lo soy con mis amigos. ¿Y sabes que más soy con mis amigos?

–¿Qué?

–Activa.

–¿De verdad?– Hwasa soltó una carcajada.

–¡No te rías!– Wheein golpeó el brazo de su acompañante.

–¡Hey! La de los golpes aquí soy yo.

–No... Mommy...– Ronroneo en la oreja de Hyejin

–Vamos Wheein, no empieces a hablarme así.– Se estremeció.

–¿Por qué no, Mommy?

–¿No que querías una noche tranquila? Sí haces eso solo me provocas.

–Mommy... Ya no quiero noche tranquila.– Wheein comenzó a depositar besos en el cuello de Hwasa.

–¿Segura?

–Mmjhm.– La castaña se sentó encima de Hwasa quedando frente a su cara.– Hace tiempo que no estoy contigo. Y haz complacido todo lo que te he pedido.

–Sabes que no tengo ningún problema en complacer a mi Sugar Baby.– Comenzó a cepillar con las yemas de sus dedos las curvas de Wheein.

–Pero, yo debería ser la que complazca a Mommy. No Mommy a mi.

You are my mommyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora