〝 rumor ; yejisu. 〞

― unique ―

—¿Qué quieres, Yeji? —Esperaba cualquier cosa al abrir la puerta de entrada de su casa, menos a su querida exnovia, Hwang Yeji, con la cabeza gacha y un pequeño sobre entre sus delicadas manos. —No quiero perder mi tiempo —Cruzó sus brazos, mostrando una falsa actitud firme, pues cada vez que aquella preciosa chica se posaba frente ella sentía sus piernas temblar y sus manos sudaban como si el mismísimo diablo estuviera buscando algo de su parte. —Voy a cerrar la puerta.

Un pie evitó que completara su acción, volvió a abrir la puerta viéndola más decidida que antes, pero igual asustada. —Su, espera, por favor —Soltó un suspiro. —Dame una oportunidad de explicarte todo —Debió resistirse, debió negarse, pero se rindió a la primera y le permitió la entrada a la mayor, regalándole una fría mirada. —Seré rápida, lo prometo.

Llegando a la sala, Jisu tomó asiento en uno de los sillones mirando con atención a la más alta, la cual buscaba cómo comenzar su relato. ¿Por qué su corazón latía tan rápido? ¿Acaso esperaba algo de aquella situación? No, ambas habían declarado el fin de su relación cuando Jisu no pudo soportar más la actitud de Yeji, en ese momento se prometió no volver a caer a los pies de esa hermosa joven, no rompería su promesa, no sería débil.

—Su, sé que me tomó mucho tiempo dar la cara para enmendar mis errores —Extendió con sus temblorosas manos el sobre hacia la anteriormente mencionada, la tomó con algo de duda y la dejó reposar en sus piernas. —Sé que no quieres escucharme, me lo dejaste en claro tiempo atrás, s-solo, solo lee esa carta, por favor —Mordió su belfo inferior, de en serio se veía arrepentida, ahora la mayor estaba sentada en el suelo, frente a ella, sus manos se movían intentando calmar sus nervios.

¿Por qué estaba siendo tan débil frente a ella, de nuevo? No lo entendía, pero sus manos abrieron el sobre procurando no romper la carta que estuviese en su interior, con un prolongado suspiro comenzó su lectura. Su mente divagó hacia los recuerdos que venían de aquellos días que compartieron juntas, en aquellos días consideraba a la mayor como un ángel, como la causante de la mayor parte de sus sonrisas, incluso decía tener un lugarcito en su corazón para ella, luego de su ruptura todos esos pensamientos fueron tirados a la basura, y junto a ellos muchas de las adorables sonrisas de Jisu. Incluso después de todo el sufrimiento que pasó, por su culpa, su corazón se había ablandado ante las arrepentidas palabras que Yeji había plasmado en su carta.

—¿Puedes prometerme algo? —La mayor elevó la mirada, centralizándola en los bellos ojos de Jisu, una pizca de emoción recorriendo todo su cuerpo.

—Prometo hacer lo que sea por ti, Su —Se atrevió a tomar sus finas manos entre las suyas, sin ser rechazada. —Tu dime lo que quieras que haga, y lo haré.

—¿Prometes no romper mi corazón, de nuevo? —Una diminuta sonrisa adornando los labios de la menor, la alegría y emoción recorriendo el cuerpo de la mayor.

—¡Lo prometo! ¡Lo prometo, lo prometo! —Rodeó el diminuto cuerpo de Jisu sin poder contener su emoción, sus miradas conectándose, al igual que sus labios, que a los pocos segundos estaban unidos.

Sus labios continuaban siendo tan adictivos como los recordaba, pero en ese instante, parecían haber pasado siglos desde que no había los había probado. Aquel simple acto le dejó en claro una cosa a Jisoo, desde que sus labios se posaron sobre los ajenos, ella había entregado su confianza, nuevamente, a Yeji, y esperaba no arrepentirse.

(...)

—¿Sabes que Yeji besó a Ryujin?

—Ella no lo hizo...

—Oí que mandó fotos con poca ropa a uno de su clase.

—Eso no es cierto...

—Vi como un chico de su clase la tocaba, y ella lo dejaba.