Tarde

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Holi. Me fui de vacaciones y en mi cabeza se fue formando esta trama. Quedó más largo de lo inicialmente imaginado, cosas que me pasan. Espero sea de su agrado.

Advertencia: Universo alterno, OoC, romance, Lemon. La imagen tampoco me pertenece, créditos a su autor.

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—Hija, cuídate mucho, y lo digo en serio, sé que tu vida sexual con tu novio es activa, así que procura no embarazarte tan pronto. Por más que anhele una mini-Mika corriendo por la casa, tu aún eres muy joven mi niña, y los preservativos no son cien por ciento confiables. Apenas vas empezando la universidad, querida, así que anda, divierte, pero con límites.

Estupefacta, Mikasa abrió la boca para responder ante tremendo discurso y, al momento, la cerró de nuevo al descubrir que su madre tenía una sonrisa afable en el rostro. No había enfado o malicia. Mikasa examinó ese gesto, incapaz de creer lo que estaba oyendo. ¿Cómo rayos ella se había enterado de sus cositas con Levi? Era un misterio, lo sería hasta que estuviera de regreso y lo averiguara a detalle.

—Ok, mamá, no sé cómo diablos sabes eso... pero tengo que irme ya — las mejillas de la jovencita inevitablemente se tiñeron de un suave carmín ante la manifestación de un tema privado que, obviamente, ya no lo era.

—Oh, sí, sí, no hagas esperar a tu amiga. Miki mi amor, por favor cuídate mucho, sobre todo no te olvides del protector solar, por eso de la canícula, y recuerda lo que te dije. Papá y yo te extrañaremos. Sayonara.

Con una última despedida que consistió en un rápido beso y un corto abrazo, Mikasa salió disparada hasta el coche estacionado en la acera. Rápidamente, echó su equipaje en la parte trasera, y entró dando un portazo saludando por fin a Sasha.

—Hey, pareciera que huyes de un fantasma.

—Más bien de mi madre.

—¿Te dijo algo? —la castaña entornó los ojos perspicazmente—. No me digas que sospecha...

—Ni idea, pero me dijo que "me cuidara".

—¿De qué? ¿Del viborón del enano? Me gustaría decirle que es muy tarde para eso —Mikasa rodó los ojos mientras Sasha soltó una carcajada, y puso en marcha el automóvil.

—Ya lo sabe.

Su risa se cortó abruptamente y sus ojos se pusieron como dos platillos.

—Ehhh, ¿no me digas que le dijiste?

—No, y es lo peor —acomodó su mechón rebelde detrás de su oreja, sopesando las posibilidades—. No sé cómo diablos lo haya intuido, o si se enteró por medio de algún chismoso, ¿no fue por ti, cierto? O si quizá me haya escuchado hablando por teléfono con él...

—No me jodas, obvio que jamás abriría la boca, ¿y si encontró el cajón de los condones?

—Desde hace dos meses que Levi y yo no usamos condones... todo el tiempo.

—Cierto, cierto, me olvidaba de los anticonceptivos. Que bueno que esa ginecóloga amiga de Levi te los pudo facilitar.

—Cierto —Mikasa dibujó una diminuta sonrisa recordando a la excéntrica Hanji.

Ambas chicas continuaron con una espontánea charla corta, Sasha manejó tranquilamente por las limpias calles de la ciudad, hasta finalmente dar con su destino.

Tarde || rivamika Donde viven las historias. Descúbrelo ahora