Se miraron, durante mucho tiempo.
Nunca apartaron la vista del otro.
A Adrien se le asomaba una tímida media sonrisa.
Marinette enrojeció.
Pero nunca dejaron de mirarse.
Después de todo este tiempo, nunca creyeron que se revelarían de esa forma. Simplemente se encontraron en el mismo callejón, en el apuro por llegar a tiempo al colegio, antes de que comiencen las clases de después del almuerzo.
Marinette no perdió nunca el detalle de que estaba lloviendo mientras el antifaz de Chat Noir, ahora Adrien, se desvanecía en luces verdes eléctricas, mágicas.
Adrien quedó mudo. Tuvo sus sospechas durante un tiempo, pero que la prueba irrefutable se le presente así fue más que suficiente.
Y una vez destransformados se miraron.
Había mucho por hablar, Marinette tomó la palabra.
-Bueno, esto es, ¿Incómodo?- Sonrió dudosa.Adrien largó el aire que estuvo conteniendo sin percatarse. Sentía como si un gran peso se le quitara de encima. No dijo nada, se perdió en esos ojos azules que tantas veces contempló rodeados de la máscara moteada.
-Yo... Bueno,- siguió Marinette, a falta de respuesta -sé que nos debemos una buena charla, pero ahora estamos llegando tarde, ¿vamos?- Con pena pero también con un coraje que nació de la nada, la pelinegra ofreció su mano, mientras esbozaba media sonrisa.
-Estamos empapados.- contestó Adrien, por fin. Se encontraba avergonzado por quedarse tanto tiempo fuera de sí al contemplarla, pero no perdió su oportunidad para convencerla de que debían hablar. Mucho y con urgencia, tomó su mano y le sonrió.Marinette lo sabía, estaban calados de pies a cabeza, pero todo su ser gritaba que debía huir, cuanto más tiempo pasaba, más pensaba en todas las situaciones que vivió junto a Chat Noir/Adrien y se estaba desbordando. Su parte cobarde se asomaba con desesperación y no sabía cuánto más iba a poder mantenerse entera frente a Adrien.
-No podemos entrar a clase así, Marinette. Y no es sólo porque vamos a pescar una gripe, sino que también es sospechoso.- Tomó su otra mano. Marinette quedó muda. Se le acababa la cordura. -Entrar al mismo tiempo, juntos y empapados es sospechoso- dio un paso hacia ella, acortando la distancia. Su lado atrevido estaba más que expuesto. Ya no podía aguantar, sin embargo siempre tenía presente que no sabía cómo se sentía ella al respecto así que la iba a respetar a toda costa.
Marinette suspiró, o eso creyó que hizo. Las manos de Adrien, calientes a pesar de la lluvia, la tomaban de una forma tan cariñosa y familiar que no podía concentrarse. Su mente se dispersaba. Su mirada fue de sus manos a sus ojos, tan verdes, llenos de iniciativa y picardía.
-Tienes razón. - la pizca de terquedad que le quedaba se fue a quién sabe dónde, debía darle a Adrien la razón. Todo era demasiado sospechoso y Alya los atacaría a preguntas. Sin piedad.
Sin embargo, no iba a ceder. Inhaló.-Pero también es sospechoso que ambos faltemos a clase. ¿No sería mejor que uno asista y el otro no?- Su voz tembló y medio sonrió, o eso creyó que hizo. Iba a redoblar la propuesta, no se sentía entera como para enfrentar todo en ese momento.
¡Al demonio! Estaba aterrada.
Adrien se percató de ello. Realmente quería hablar con ella. Aún así no iba a ceder, claro que no. Soltó sus manos, buscó en su bolsillo su celular y sonrió. A Marinette no le gustó, claro que no. Adrien le enseñó la pantalla, confirmando lo que temía. Ya era tarde.
-Lo siento, pero gané yo. -Adrien tecleó algo en su celular y su dedo dudó. Alzó la mirada y ella lo veía fijamente, derrotada. -Creo que si vamos a mí casa así no tengo forma de justificarme sin ganarme una reprimenda. Lo cual equivale a que "el tiempo libre de Adrien" se reduzca a escuela/trabajo/clases de piano y chino/casa.- sonrió nervioso.
Marinette se resignó a la realidad de los hechos. -Pues vamos a mi casa, mis padres no van a indagar mucho, saben de mi fama de llegar tarde- levantó sus hombros- no creo que duden si les contamos que a ti te ocurrió lo mismo.Adrien nunca soltó sus manos entrelazadas en todo el camino.
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Revelación
Fanfiction¡Alerta carameloso! Bueno. Esta sería otra manera en la que finalmente Adrien y Marinette descubren sus identidades. Soy fan de todas las versiones, ya sea que estén llenas de cariños, como los finales más crueles (sentimentalmente hablando). ¿Habrá...