Nuestro Hogar [Final]

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Hinata estaba asustado, era de noche, y no sabía que demonios hacía en ese bosque, si hace unos minutos estaba en la carretera local! Oh, claro, el gato.

Cuestión que un lindo gatito negro, muy parecido a Kageyama, si es que Hinata se especificaba, paso cruzando la calle y el perro guardián que cuida el vecindario intentó arrancarle un ojo.

Aquí entra nuestro pequeño héroe naranja, quien se abalanza sobre el gato y, haciendo una gran atrapada, sale corriendo lo más rápido que puede.

En ese momento se le ocurrió a su neurona de la estupidez entrar en un bosque y correr entre los árboles dando unas quinientas vueltas y por ende confundiendo al perro.

Sin embargo, cuando el perro decidió irse, era Hinata quien estaba ahora confundido y no sabía por donde había entrado, primero pensó en ir de frente, pero luego cayó en la conclusión de que podía adentrarse más en aquel lugar, sin embargo, nada se consigue sin tomar riesgos, así que se adentro.

Y adivinen! Se perdió por completo, comenzó a pensar, algo como, "que haría Tsukishima en esta ocasión...? Ah, maldita girafa, porque me sirves de referencia para momentos en los que pongo a prueba mi inteligencia?!

"Maldita sea, girafa miope! Poste - cara de retrete! Montaña deforme! Árbol de estiercol....! Espera... Árbol...? Árbol!"

El pequeño Hinata, aunque pensara sin sentido o conjunciones, este tenía las ideas claras, ya que, una gran idea había cruzado por su cabeza.

Y en unos minutos estuvo trepando el árbol más alto de la zona cual ardilla, sin dificultades y sonriendo por la victoria obtenida.

"Con esto veré toda la zona! Soy el mejor!" pensaba nuestro protagonista.

Sin embargo, al llegar a la cima del árbol, que era un pino, no pudo divisar nada por culpa de la neblina.

"Me estas jodiendo" cruza por su mente. La vida le había dado una mala jugada, ahora debía contraatacar con astucia, o la que quedaba en medio de tan desesperante situación.

"A este paso nunca llegare a la ciudad... Y no tengo agua luego de correr tanto... Maldita sea!" no había remedio, debía esperar a que la niebla se disipara.

Unas tres horas después, como a las 4 de la tarde calculó Shoyo, aquella maldita niebla se había ido a olerle la cola a otro y había desaparecido por completo.

"Vamos!" penso aquella perdida mota naranja.

Al subir nuevamente, pudo ver que a unos dos kilómetros estaba la carretera anterior y que no había sido tanto problema como el había pensado, se sintió como un verdadero imbécil, pero que se le iba a hacer.

Luego de caminar por media hora, llegó a la carretera y casi besa el suelo de no haber sido por sus adolorida piernas que quemaban como si las asaran como a los pollos.

"Finamente.... Tierra firme...!" pensó este, para luego caminar hacia el amanecer, o hacia la carretera, como le quieran decir.

"Bien! Ahora iré y hablare un montón con Kageyama! Le contare todo lo que me paso hoy, el perro, el árbol, la neblina, y mi casi muerte por falta de hidratacion, bueno, eso no tanto, pero fue muy divertido aún así!" luego de pensar todo el camino, Hinata noto que ya estaba en la puerta de su hotel, y justo cuando estaba a punto de abrir la puerta escucha un pitido.

Pi-pi-pi llegaras tarde! Pi-pi-pi

Supongo que ya imaginarán lo que sucede a continuación.

Hinata desconcertado y sin comprender la situación, se resigna a sostener el pomo de la puerta fuertemente, pero aquel sonido gana y todo se torna borroso.

"Espera.... Que...?" fue lo único que pudo pensar al ver a su alrededor, estaba en su habitación en la ciudad, al ver su alarma, pudo darse cuenta que eran las 9 de la mañana un sábado, y por consecuente, la situación en la que se encontraba.

"La **ta madre que me engendro 48 veces! Porque demonios soñé eso?! Ahh! Y hasta a Suga-san y Daichi-San... Haciendo.... Wuaaaaah! Y con detalle! Que hay con ese narrador?! Acaso era comentarista de la situación?! Tan desesperado estoy por hacer algo así con Bakeyama?! Demonios!!" y puesto esto, se comenzó a golpear la cara con su almohada, haciendo un tierno puchero.

-Hinata.

"Y que hay con el viaje! La escuela ni en mil años dejaría que los profesores hagan algo como eso! El entrenador ni siquiera es de fiar para ellos!! Y Kageyama... Pervertido de mierda! Bastardo! Como se le ocurre hacerme todo eso?! Espero que lo castren!!"

-Hinata.

"Si! Que lo castren! Así no se atreverá a acercarse a mi con intenciones! Aunque.... No me molestaría mucho... No! Soy menor de edad e independiente!! No dejare que nadie ponga sus asquerosas manos sobre mi preciada virginidad!! Pero si es Kageyama no me importaría mucho.... Umh..... Que no!!"

-HINATA - BOKEEEEE!!- grito una voz a su lado, casi podría jurar que estaba muy cerca de su oreja, y es que lo estaba.

-Eh? Que? Mamá...? - dijo el pequeño confundido.

-Desgraciado...la próxima vez habla en tu cabeza si....? - decía un pelinegro con cara de haberse despertado y que se hallan echado un gas en su cara.

-Bakeyama...? - decía el pelirojo con esperanza de que esta escena sea una ilusión.

-Ah, muérete maldita sea, y que con eso de que me quieres castrar? Acaso no te gusta como para que lo saques de su lugar? - dijo este con cara de superioridad, lo cual hizo que Shoyo se ponga más rojo que la sangre hirviendo.

-Waaaah! Kageyama pervertido!! Te denunciare!!

-Denunciarme? Bien, entonces les mostraré la linda carta de amor que me enviaste como confesión hace cuatro años el 23 de Octubre? - dijo este sonriendo.

- Muérete! El que viva contigo no significa que quiera "eso"! Te quiero a ti pedazo de imbecil! - y tras decir esto, el pequeño Kageyama no sabía si darle un porraso o besarlo, y optó por la segunda opción, como todos los días de su vida.

- Que...? - dijo Hinata antes de abrazar a su esposo y seguir con el tierno beso de este, seguido de un cómodo y cálido abrazo, y en medio de este, Shoyo vio el dedo anular de su mano derecha, contemplando el hermoso anillo de bodas que su novio le había regalado dos años atrás.

-Te gusta eh? - dijo Kageyama sonriendole a su pequeño y lindo esposo.

-Me encanta- respondió este, frotando su cabeza contra el mentón de Kageyama.

Y así, empezaron el día, como cualquier otro, Hinata se rehusó rotundamente a contar el sueño que había tenido, mientras que Kageyama sufría por dentro al tener la intriga de que cosas habían hecho Suga y Daichi, aunque tenía una idea.

Y señores, así es como acaba esta historia, corta pero encantadora, con un final algo esperado, pero sin carece de amor.

Esto es algo así como historias que pocas veces encuentras, cortas pero conmovedoras, con un Hinata enamorado y un Kageyama preocupado de ser tachado de pervertido violador de naranjas, pero, es a lo que llamamos pequeños placeres de la vida, ¿no es así?

Pequeños Placeres De La Vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora