NXT 2 U - ChangJin [PAUSA3]

two

Félix siempre fue un fan del amor, le encantaban las películas románticas, esas donde todos siempre tenían su final feliz. Desde niño quería crecer, casarse y tener una familia perfecta como en las historias que tanto le gustaban.

Muchos lo trataron de infantil  por creer en el amor a primera vista, pero es que eso que sintió no puede describirse de otra forma. Desde la primera vez que lo vio, quedó perplejo.
Era sólo un joven que atendía en un supermercado, pero para Lee era su príncipe azul.

Seo ChangBin era el hermoso nombre del hermoso joven que no lo dejaba dormir por las noches, tan sólo con pensar en él, una tonta sonrisa se formaba en su rostro.
Luego de ir cada día a comprar, quién sabe de dónde sacó fuerza de voluntad para pedirle el número, o cómo retuvo un grito cuando el contrario se lo dio.

Cuando le contó a sus amigos sobre su nuevo crush, se le rieron en la cara. Restándole veracidad con frases como "es sólo un capricho tuyo", "Apuesto a que en un mes ni te acuerdas de ese".
Tenían motivos para no creerse del todo las palabras del australiano, dado que siempre había sido muy enamoradizo, aunque juraba que esta vez era 'totalmente diferente'.

Al rubio le indignaron mucho las palabras de sus compañeros, ¿ellos qué sabían? "No me conocen en lo más mínimo", pensaba.

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—¿Qué clase de estúpido tienes que ser para pasarle tu número a un desconocido? —regañaba, dando vueltas por la sala.

—Más respeto Jinnie, por si no sabes, soy mayor que tú —le apuntó con el dedo índice, sin quitar la vista del celular—. Es sólo que parecía un buen chico...

—¡No lo conoces!

—Tranquilo, bonito. Tampoco me van a secuestrar —ChangBin solía ponerle ese tipo de apodos, a HyunJin no le disgustaban—. Creo que su nombre era 'Pil' algo.

—Bien, no me preocupo más. No me interesa ese rarito de todos modos —suspiró y le dio la espalda, cruzado de brazos.

—¡ES ÉL! ¡Me mandó un mensaje justo ahora!

—¡Quiero ver! —Se volteó con rapidez, sentándose a su lado.

En la pantalla figuraba un número desconocido, debajo sólo decía "Hola, soy Félix"

—Es Pil algo —se burló.

—Quizá no sea él, conozco un millón de chicos llamados así... —bloqueó el celular, restándole importancia.

—Ugh, ¡calla y responde! —Le quitó el móvil de las manos, mandando un "Hola" y un emoticón sonriente. 

— ¿Qué pasó con el Hwang HyunJin que hace menos de un minuto estaba diciendo "ay no me importa, ñiñiñi"?

—Quién sabe, quizá salga algo bueno de esto. —rió.

Algo bueno, qué gracioso. No tuvo nada de bueno, al menos no para él; "¡Felicidades, le conseguiste novio a tu mejor amigo! Alégrate por él, imbécil egoísta" pensaba.

Rascó su cabeza, enderezándose sobre el colchón. Era sábado, no tenía nada que hacer y su mente le torturaba con aquellos recuerdos.

—¡Es oficial! ¡Somos pareja! —pasó corriendo al departamento, dando saltitos de emoción.

Con pasos pesados, llegó hasta el baño. Tomó una ducha rápida y, con sólo una toalla en sus hombros, caminó hacia la cocina para comer algo.
Bien, se llevó el susto de su vida porque ChangBin estaba en la sala mirando la TV.
Se tropezó, pero no llegó a caerse ya que se aferró al marco de la puerta; aún así hizo el ruido suficiente para que ChangBin volteara a ver. HyunJin se ocultó tras la puerta.

—HyunJin-ah, ¿estás bien? —Se paró de su asiento, aproximándose a su posición.

—¡N-No vengas! Estoy bien, estoy bien —tomó la toalla que tenía en la cabeza para cubrir sus partes privadas.

A ChangBin le importó poco y nada su pedido. Entró a la cocina, pero no vio a nadie. De repente, la puerta se cerró.

—¿Qué hacías ahí atrás? —Rascó su nariz, intentando ignorar el cuerpo desnudo de su mejor amigo.

—¿Qué haces en mi casa?

—¿Tienes memoria de pez o qué? Me quedé a dormir ayer. Mañana pensaba traer mis cosas para acá, mis papás aceptaron. 

HyunJin apenas estaba cayendo en lo que implicaba vivir con alguien.

—Ya vuelvo —corrió a su cuarto a ponerse algo de ropa, luego volvió a salir.

Mientras, ChangBin le había preparado un café. HyunJin mordió su labio; simples gestos así de su parte le alegraban el día.

—De nada —pronunció al verle con la taza en la mano.

—Eres amable cuando quieres, Binnie hyung —Caminó hasta abrazarle por detrás y susurrar un "gracias" en su oído.

—Vas a tirarme todo encima —susurró, sin hacer nada para separarse.