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Summary:

NamJoon y YoonGi son novios desde que el menor de los dos cumplió 15 años, habían pasado 3 años juntos después de aquéllo, pero su tranquila y amorosa relación se ve afectada por la entrega de una beca para el moreno, una beca para una prestigiosa universidad en Estados Unidos. Así mismo, ambos toman la decisión de llevar su romance a larga distancia, para que NamJoon pudiera llevar una carrera universitaria como tanto lo soñó.

NamJoon a vuelto después de 5 años estudiando y haciendo una maestría, pero... ¿Cómo reaccionará YoonGi al ver a su amor de vuelta? o, mejor dicho ¿Cómo reaccionarán ambos al mirarse nuevamente?

-Entre lluvia y reencuentros-

La lluvia cayendo sobre su cabeza le recordó el hecho de porqué estaba ahí, suspiró, los ojos azules se centraban en aquélla puerta de caoba, con algunos imperfectos debido al tiempo, pero seguía con una apariencia tan bonita y fresca como la primera vez, es verdad, no era nueva, pero los años sólo le retenían un valor emocional, que otra sin uso nunca podría reemplazar.

Sus mejillas acaneladas poseían un color granate intenso, siendo alguien incapaz de adivinar el por qué de eso; tal vez por el clima tan apático, el calor que le deba estar provocando hallarse envuelto en 4 mudas de ropa o, la vergüenza junto con el miedo a realizar acciones anteriormente pensadas...

Sus manos temblaban ligeramente al acercarse a la madera. Formó un puño y sus nudillos tocaron tres veces, acto seguido guardó sus manos en los bolsillos de la chaqueta azul marino que portaba, y hacía un matizado entre la transparencia de las gotas de lluvia y el verde aceitunado atrás de él.

La madera rechinó y NamJoon no pudo evitar que el color cinabrio en sus mofletes aumentara con rapidez. Sus ojos se llenaron de pequeñas lágrimas que descendieron por sus mejillas hasta morir en su ropa o cuello. El chico al otro lado de la barrera invisible, era YoonGi, quién observó a NamJoon como si fuera un espejismo; tan hermoso, tal cual lo recordaba. El mayor se tiró a los brazos de su menor, abrazándolo, no queriendo que se le escapara de entre los dedos.

NamJoon empezó a llorar. YoonGi también.

—Y-YoonGi—Sollozó el menor, sintiendo los brazos contrarios afianzarlo más fuerte.

—NamJoon...—Dijo de igual manera YoonGi, no creyendo lo realista que parecía ese sueño.

Pero no era un sueño.

Sus llantos eran ahogados por el repiqueteo de las gotas en el asfalto. YoonGi a los pocos minutos de haberse tranquilizado, inhaló el delicioso aroma que el menor desprendía, calmando así sus neuronas para poder pensar bien qué hacer.

El pelimenta tomó la mano del rubio, separando un poco el abrazo, pegando ambas frentes y rozando sus narices en un beso esquimal que calmó al moreno en sobre manera, aunque pequeñas lágrimas se negaban a evaporarse de sus mejillas. El pálido observó los brillantes y azules ojos de NamJoon, la otra mano la posó sobre la mejilla contraria y regaló un delicado beso a los suaves y rellenos labios.

NamJoon sorprendido no se negó al contacto anhelado desde hace tanto tiempo, correspondiendo casi por inercia y además necesidad, porque se necesitaban y deseaban el uno al otro. Min se alejó completamente por falta de oxigeno, con un gruñido y sin soltar sus manos, adentró al menor a su casa, cerrando la puerta tras de sí, NamJoon miraba el interior con curiosidad y una afable sonrisa en los rosados (ahora hinchados) labios.

NamJoon al verse liberado del agarre de su hyung, se sentó en el mueble que no recordaba, aseguró que era nuevo, ya que todo lo demás estaba igual, solo que los colores en las paredes, antes de un blanco hueso, eran de color negro y azul.

•❁•One Shots | YoonNam•❁•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora