"Rizzle" - Bizzle 3 (Justin Bieber Y Tú)

Capítulo 7

Bostecé por décima vez al mismo tiempo que golpeaba la mesa  con mis dedos, Ruskov hablaba mucha mierda. La verdad este lugar estaba en un buen lugar para ser un mirador, la vista hacia el oceano era increíble.

El sonido de la puerta hizo que Ruskov se callara.

—¿Qué pasa? —habló en un perfecto ruso.

—Véalo con sus propios ojos, señor —le respondieron.

Le hizo una seña al hombre que estaba ena puerta y este procedió a abrirla.

Los ovarios y el corazón se me subieron hasta la garganta, dejándome casi sin respiración. Mis manos que antes golpeaban la mesa ahora estaban sujetandola fuertemente del borde, podía jurar que casi traspasó la madera.

La cara de Ruskov era de confusión y sorpresa, no la podía descifrar muy bien.

—¿Sorprendido? —dijo esa voz con tono de burla.

Ruskov no respondió.

—Se que tienes un Dios enfrente, pero no es para tanto.

—¿Esta limpio? —preguntó. Sus hombres asintieron— Pueden irse.

—¿Cinco hombres para traerme contigo? —se burló —¿me tienes miedo?

—¿No estabas muerto, Bieber?

—No me quisieron en el cielo.

—¿Y en el infierno?

—Yo soy el infierno —le guiño el ojo.

—¿Qué haces aquí?

—Tengo buena memoria —respondió Justin-
— Y hasta donde yo recuerde tienes algo mío.

—Tenía... murió hace meses.

Justin me observó por unos segundos y yo negué con la cabeza. Era obvio que él sabía quien era a pesar de tener peluca y lentes de contacto, nos habíamos visto hace tres días en el barco, pero Ruskov no sabe eso.

—¿Tienes una socia? —le pregunto, Justin, señalandome.

Ruskov se acordó que yo seguía ahí. Tuve que mirarlo con odio. Se supone que yo debia creer que Justin estaba muerto y ahora lo tengo en frente... aunque ya sabía que estaba vivo.

—Rizzle... mi mejor soldado —respondió, estaba nervioso.

—¿Rizzle? ¿Me pensabas cuando le pusiste ese apodo? —se burló.

¿Qué mierds estaba haciendo Justin aquí?

Justin reviso su bolsillo y Ruskov se alarmó sacando su arma y apuntandolo.

—Calmate, sólo es un cigarrillo —rió— ¿Encendedor?

Ruskov bajo su arma y le lanzó el encendedor que estaba en su mesa.

—Podria matarte y terminar con todo esto de una vez —murmuró hacia Justin.

Justin lo escuchó, pero no dejaba de mirarme y Ruskov se estaba percatado de eso.

Deja de mirarme, pendejo.

—¿Por qué se me hace conocida?

Porque soy tu ex-prometida, enfermo.

—No lo creo, ni siquiera habla inglés —respondió Ruskov.

—Quizá me la follé cuando estuve en Rusia —rió.

Mis ojos entrecerrados se clavaron en los suyos y por impulso golpee la mesa fuertemente.

—No follaria contigo ni drogada —murmuré en ruso.