-¿Cuánto tiempo a pasado Mei? Te extrañe mucho- me dijo con una leve risa casi inaudible-
-Am... Pues si ha pasado algo de tiempo, debo irme... adiós- salí corriendo-
No quería estar donde estuviera Kate, lo único que me calmo fue el recordar aquella sonrisa de aquel chico con el que me topé en los pasillos. Esa sonrisa tan penetrante y hermosa, que te hace olvidar por un segundo aunque sea que el mundo existe.
Estaba pérdida, la escuela era muy grande como para saber donde se encontraba mi salón y fue de nuevo cuando me topé con aquel chico
-¡Auch!- choque con Lee nuevamente-
-Oh lo lamento- Volteó y bajo la vista era muy bajita al lado de este- ¡Mei! Ay cuando lo lamento, ya es la segunda vez el día de hoy- me dijo apenado-
-No te preocupes, no me fijé- reí nerviosa, tenía un leve tono rojizo en mis mejillas-
-¿Estas pérdida?- Me pregunto mientras levantó unas libretas que se cayeron de mis brazos-
-Si, la verdad no encuentro mi salón; la escuela es demasiado grande y me perdí... de hecho- Cheque mi reloj por un leve segundo- ¡Ya no llegue a la primer hora!
-Lee río leve al verme tan nerviosa y perdida- Vamos dime cuál es tu salón, yo te llevo- Me sonrió y se llegaba a notar un leve color rosa en sus mejillas-
-Amm si si gracias,- le dije el número de mi aula-
-¡Increíble! Estas junto a mi salón, ven vamos yo te llevo- tomo mi mochila y se la llevó sin que yo lo haya notado-
No dije no una palabra, sólo veía como caminaba y mi corazón palpitante sentía que estaba apunto de salirse.
Finalmente llegamos al salón, le agradecí con un beso en la mejilla y entre al salón, donde el profesor parecía estar enojado porque llegue una hora tarde.
-Seronita Tze por favor pase y tome asiento ya tiene falta-me dijo el profesor bastante molesto-
El único lugar disponible fue junto a una chica de tez clara casi pálida podría decir, de ojos rojos y el cabello castaño; ciertamente sus ojos me dejaron impactada, sin más me tuve que sentar y quedar callada.
-La Revolución Francesa-me dijo con una voz delicada y dulce aquella chica a mi lado-
-¿Perdón?-conteste un poco desubicada-
-El tema de hoy es ese, La Revolución Francesa- sonrió y me dio su libreta para tomar los apuntes- Me llamo Erató-
Me quedé extrañada por su nombre, se me hacía conocido pero no se de donde
-¿Erató como la musa?-pregunte un poco insegura, no quería ofenderla-
-¡Si!, vaya eres la primera que sabe de donde proviene mi nombre, pero dime Era me gusta más-me sonreía muy alegre-
La seguí conociendo mientras copiaba los apuntes, termino la clase luego de 1 hora y Era y yo nos empezamos hablar un poco más.
Tras unos minutos sentí como si alguien me observara desde la puerta, así que alcé la mirada y ahí estaba el.
-Me vio y sonrió de inmediato- Hola-me hizo una señal con la mano para que saliera con el.
Sin pensarlo salí, nos pasamos unos minutos juntos hasta que tuvo que ir a si clase el se despidió de mi y me quedé sola en una banca observando el cielo nublado y sentí como alguien se sentó a mi lado.
Volteé la mirada para ver quién era y me quedé asombrada, un chico de tez blanca muy blanca, de cabello gris y unos ojos muy peculiares se había sentado a mi lado a leer mi novela favorita.
El chico misterioso volteo y me vio
-Hola, me llamo Ryo-me dijo con una voz dulce-
Quede pasmada sus ojos me habían atrapado
-Mei... Me llamo Mei-dije-
Parecía a la vez que conocí a Lee ese mismo día.
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El chico de los ojos azules.
De TodoA veces encontramos el amor cuando menos esperamos... Y en quien menos pensamos.