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y todo con los ojos cerrados. sólo los volvías a abrir para verme observando las estrellas y todo aquel montón de constelaciones preciosas que adornaban nuestra cuadra. observando todo, observando nada, observándote.
y sonreías, justo como me gustaba; hundiendo los ojos y aplanando las pestañas.
eras feliz, y yo era feliz. y fuimos felices.
pero la felicidad siempre es como una estrella fugaz, y tiene fecha de caducidad.
en mi habitación azulada sólo quedan los destellos de tus rosas espinosas haciendo reír a mis ojos, a mis dedos, a mi alma.
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ah, creo que ya resta sólo una parte de esta obra. quería extenderme actualizando más lento pero no pude, estoy sp feliz de que estén leyendo esto y bueno. muchas gracias por todo¡!
