Chico Religioso [Kookmin]

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Soy Park Jimin, hoy es un día especial cumplo veintidos años de edad, estoy melancólico, ustedes han sentido ese paso del tiempo veloz, recuerdo que ayer era un niño que lloraba por querer salir de la iglesia y ahora soy el mismo niño que está siguiendo los mismos pasos para ser un sacerdote. No puedo decir que mi vida ha sido mala, más bien, es lo contrario mi padre el  director sacerdotal Jackson, me acogió como su hijo cuando me dejaron recién nacido en mi hogar, el templo. Mis pensamientos fueron cortando cuando me acercaba a la sala principal  y escuche un gritó fuerte.

- ¡Felicidades mi Jimin! - dijo la monjita Tiffany, ella me había criado como si fuera su propio hijo y tenerla a mi lado me llenaba de orgullo y amor.

- Gracias, madre. - le abracé fuertemente, estaba sensible momento de mi melodrama.

- Mi pequeño Mochi, ni tan pequeño mírate todo un hombre. Creo que ya es hora de que salgas de aquí y dejes de una vez el sueño de ser sacerdote. - se que su tonó al decirlo fue precavido solo lo ignoré.

- ¿Porqué en mis cumpleaños, hay tal advertencia madre? - Le respondí y le mire a los ojos, ella solamente sonrió y tomó de mis manos.

- Por qué mi pequeño mochi no pertenece aquí y serás más feliz afuera. - rió con tanta amabilidad que tomé aquellas palabras con cariño.

- Madre pero si soy feliz aquí, además este es mi hogar allá afuera no hay nadie para mí. Mi hogar seguro es aquí.

- No diré más, solo recuerda cuidarte y ser fuerte como lo has sido hasta ahora. Me retiró pequeño angél debo entregar las documentaciones de los niños de la catequesis en la noche te daré tu regaló. - me abrazó y se retiró.

Era extraño y melancólico.

Desde que cumplí una cierta edad mi madre Tiffany cambió su perspectiva de que me quedara en el templo y empezó ha insistir a que me inventara una excusa y renunciara a mi camino de sacerdotal.  Hasta el día de hoy pienso que solo quiere que viva como en hombre libre y normal. Su preocupación está en que nunca he salido de la iglesia y la verdad no creo tener ningún objetivo afuera del mismo. Recuerdo que el padre Jackson me prohibió rotundamente las salidas fueras de la iglesia, no me quejó lo hizo por mi propio bien el mal allá afuera es pleno.

- ¡Hijo, estoy y estaré siempre orgulloso de tí! Recuérdalo. - habló el padre Kris tomandome por sorpresa no había dado cuenta de su llegada a la sala.

- Padre Kris, muchas gracias. - le devolví aquel abrazo con mucha amabilidad.

- Creo que interrumpí a los pensamientos filosóficos de mi pequeño Jimim.

- Claro que no Padre, solo estaba divagando un rato en que el tiempo es tan espejista.

- Lo es, mi Jimin pero ese tiempo espejista es el mismo que me recuerda cuando corrías por todo el convento, y llegabas donde mi y me abrazabas o me traías inocentemente el vino que entregaban a la iglesia- río y yo me sonroje avergonzado que falta hacia a Dios haciendo tremenda barbaridad.

-Sacerdote Kris, no me lo recuerde.

-Jimin, recuerda no seas muy estricto contigo disfruta tu juventud, muchacho eres bueno como persona, siempre te has enfocado en los deseos de los demás y no en los tuyos, no tienes que tener miedo.

-No, yo estoy bi..

-La vida se disfruta, no por quedar bien delante de la persona que te ayudó, dejarás atrás tu libertad, sal del convento y antes de morir quiero verte con una novia o novio pero quiero que seas feliz y no que te enjaules en este lugar.

Y sí, creo que todos los del templo querían que me fuera cierta duda entraba en mí pero la despeje cuando recode los grandes recuerdos que tengo en este lugar, se que el padre Kris se equivoca mi benefactor debe ser recompensado por haberme cuidado. Le daré orgullo cuando escuhe de mis planes a futuro.

Sobre enamorarme en el camino de un sacerdote el único amor que se contempla es a Dios y eso es lo único que quiero en mi vida.

[ Jimin un pequeño adulto con sueños espejistas.]