CALLES DE LA VIDA

38 8 0
                                    

En la trayectoria por la calle del pueblo, mis ojos visualizaron un hecho, que Llamó mi atención, de inmediato le comunique a Max que se detuviera, rápidamente paró, preguntado asustado creyendo que me pasaba algo.

En mi no había nada, simplemente mi corazón se afligió al ver una señora con sus dos hijos pidiendo algo para comer, al parecer ella y los niños eran invisibles , porqué nadie se indignada ni siquiera a mirar.

Desbordando la moto, observaba como uno de los niño me miraba, crucé la calle dirigiéndo me directamente hacía ellos, al tenerlo frente , mis sentimientos se afligieron al verlo tan delgado y triste, hincandome ante uno de ellos, el niño como si me conociera se acercó dándome un fuerte abrazo. Ese hecho sensibilizó a la madre y su ojos se llenaron de lágrimas y expresó su sentir.

-SEÑORA: perdone joven a mi hijo si lo ensucia. - muy triste dijo.

-YO: no se preocupe usted tranquila. - le conteste con una sonrisa.

La señora estaba pidiendo en frente de un local de comida, para coincidencia del destino el dueño de dicho lugar salió, un señor de alguno 60 años, al verme se refirió a mi.

-SEÑOR: no pierda su tiempo, le da algo hoy y mañana volverá.

Esas palabras me enojaron bastante así que parándome me referí a él con mucha exactitud.

-YO: usted no da, ni deja que las otras personas den .

-SEÑOR: sólo digo lo que veo a diario. - muy altanero dijo.

-YO: dígame algo ¡señor!....? Sus clientes compran una sola vez ó vuelven cada vez que desean algo.

El señor escucho esas palabras no encontró que responder y calló. Mientras la señora me observaba sintiendo la humildad que emanaba de mi corazón hacía ellos, "Max" de otro lado sólo miraba el hecho, no volví a mirar el señor jamás lo ignore, la señora con sus ojos llenos de lágrimas se expresó hacía mi.

-SEÑORA: mire "joven" mi esposo ya encontró trabajó, ya nos vamos a pedir más, el fin de semana le dan su primer sueldo, sólo Estoy pidiendo para mantener mis hijos hasta ese día.

-YO: tiene donde cocinar...?

-SEÑORA: ¡Si! si tengo joven...¿

-YO: perfecto....¿ -sólo dije retirándome, así crucé la calle llegando dónde "Max" .

-MÁX: Que piensas hacer amor... ? - me preguntó al ver mi rostro afligido.

-YO: Llévame a un súper mercado. -expresé pensativo.

Encendiendo la moto nos fuimos, al marcharnos el señor echó a la señora y sus hijos con la excusa de que los clientes no entrarían por ellos, yo giré mi rostro presenciando cuando fue expulsada.

Al llegar al supermercado hicimos una compra inmensa, llegando a la caja saqué dinero de mi billetera el cuál me había ahorrado, pero "Max" no me dejó pagar el asumió todos los gastos, eran demasiadas fundas para llevarla en la moto. Así que le pagamos a un taxista.

Al llegar al lugar, la señora y los niños no estaban, mirando a lo lejos se veia caminando varias cuadras adelante, ya que también lo habían hechado de otros lugares.

Acelerando la moto y el taxi detrás de nosotros, llegamos dónde ella, pidiéndole que se subiera y nos indicara dónde vivía. La señora sin perder tiempo abordó el taxi con sus hijos.

Llegando a su casa ella observando lo que le habíamos comprado estalló en lágrimas, no encontraba la manera de agradecernos. acercándome a los niños sentí esa felicidad que salía de sus caritas, ya no reflejaban tristezas, emanaban alegria.

ONÍRICO: secuelas del principio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora