¡Hasta dónde llega la virtud del hombre!
Cuando en su lomo carga los sueños y pesares de sus demonios.¡No hay dios que le socorre!
Y responda a su grito, ya enmudecido.¡Que alguien!
¡Por amor al prójimo!
Que venga alguien a consolarlo hipócritamente...
Aunque sea mal necesario.¡Mírale cerrar los ojos!
¡Mírale desangrarse!
¡Mírale agonizar!
Y mira a la morbosa masa mirarle.Llegan tarde a socorrerle...
Llaman a recoger los restos de sus sueños, ya en avanzado estado estado de putrefacción.En dos días entierran los restos.
Y él será testigo de la sepultura...